El papel de China en la crisis norcoreana
10 de agosto de 2017La crisis de Corea del Norte es "complicada y tensa”. Así respondió el gobierno de China, por medio de un comunicado de su Ministerio del Exterior, al reciente intercambio de amenazas entre Washington y Pyongyang. El gobierno chino pidió calma, insistiendo que ambos lados del conflicto se deben abstener de hacer comentarios que lleven a perder el control de la situación, e insistió en optar por la posibilidad de una solución diplomática.
No es un secreto que China hace todo lo posible por evadir un conflicto militar o un cambio de gobierno en Corea del Norte, a sabiendas de que ambas situaciones le generarían una ola de refugiados e inmigrantes a su territorio.
Además, de perder al aliado régimen norcoreano, China tendría a Corea del Sur, y por ende a EE.UU., prácticamente al lado de su territorio. Por ello, Pekín es el más interesado en llevar de la mano a Washington y Pyongyang a la mesa de negociación.
Para lograrlo, China ha pedido que cesen los ejercicios militares en conjunto de EE.UU. y Corea del Sur, algo que ambos países han rechazado.
Las sanciones no funcionan
El conflicto está arraigado. Desde que Corea del Norte realizó su primer ensayo nuclear en octubre de 2006, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha emitido, expandido y reforzado las sanciones a Pyongyang unas ocho veces, pero esto no ha logrado para nada que el régimen norcoreano desista de sus actividades.
"Las sanciones externas solo retrasarán el desarrollo de misiles y armas nucleares, pero no lograrán destruir la determinación de Pyongyang de lograrlo”, expuso la publicación china The Global Times. Ésta también reprochó que EE.UU. presionara a China para que aplicara sanciones que al final solo le favorecen al gobierno estadounidense, ya que este puede lavarse las manos de la responsabilidad de resolver su propio conflicto con Corea del Norte.
Corea del Norte se siente segura de si misma
El profesor de relaciones internacionales de la Escuela del Partido Comunista de China, Zhang Liangui, lleva años siguiendo el conflicto y habló con DW. "Pyongyang cree claramente que, luego de cinco pruebas nucleares, tiene la capacidad de amenazar directamente a EE.UU., y puede pensar también que ahora si posee la fuerza para entrar en conflicto con Washington”, observó.
Zhang observa que, de ser así, sería un cálculo erróneo y que Corea del Norte sobrestima sus capacidades, algo que ve como "extremadamente peligroso” y por lo que "una solución rápida al conflicto es absolutamente necesaria”.
Al anunciar públicamente la posibilidad de atacar la isla de Guam, Pyongyang ya representa una amenaza directa a la seguridad de EE.UU. y esto incrementa el aumento del peligro, ya que "es muy probable que Washington llegue a perder la paciencia necesaria para la solución pacífica.”, insistió el profesor.
Pesimismo e interrogantes
Zhang piensa que China "como vecino, no puede permitir que EE.UU. y Corea del Norte se empiecen a disparar armas nucleares al lado de su casa”. La seguridad es lo más importante, es la prioridad, para el régimen chino, pues teme que el país sufra de daños nucleares colaterales en su territorio.
Todas las partes del conflicto ya deben darse cuenta que Corea del Norte se rehusará rotundamente a abandonar su programa nuclear y eso hay que aceptarlo, advirtió Zhang.
El gobierno chino como mediador
En general, las tensiones en la península coreana han oscilado entre períodos de calma y extrema intensificación por varias décadas. China es el socio económico más importante de Corea del Norte y ha sido protegido por Pekín en varias ocasiones por medio del uso de su veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Ningún país tiene más influencia sobre Pyongyang que Pekín.
Sin embargo, China hace todo lo posible por minimizar su rol en el conflicto. El Global Times opina que "desde que el Consejo de Seguridad de la ONU comenzó a aplicar las sanciones, ha sido China la que ha pagado el precio económico y diplomático más alto. Las relaciones entre China y Corea del Norte se han deteriorado, de modo que ya han sido seis años desde la última vez que ambos líderes se visitaron.”
En pocas palabras, China carece de la influencia que se le presume. Zhang Liangui también es precavido cuando se trata de evaluar las herramientas que China pudiera tomar para resolver la situación y no pudo precisar si Pekín está actualmente dialogando con Pyongyang en privado.
Al final, Zhang no ofrece recetas de cómo aliviar la situación, solo la resignación: "Debemos dejarle esa tarea a los líderes políticos”.
Esther Felden (JCG)