El Papa, la mano de Dios y la camiseta equivocada
30 de junio de 2006Un periodista argentino planteó en la última conferencia de prensa la pregunta del millón: ¿Qué se puede esperar del partido, si el Papa es alemán y Dios es argentino?"
Jürgen Klinsmann, el entrenador alemán, no se vio en condiciones de evaluar la influencia del Papa, pero prometió que el once alemán jugaría el partido a toda máquina contra el bicampeón mundial Argentina y aseguró que tiene la intención de llegar a la final. "Saldremos a la cancha con pasión y ganas de ganar y veremos cómo responde Argentina", dijo Klinsmann en la víspera del encuentro, en Berlín.
Todos los jugadores titulares
Klinsmann puede enviar a la cancha a todos los titulares. También las estrellas Michael Ballack y Miroslav Klose, que durante la semana tuvieron pequeños problemas en los pies y debieron entrenarse con precaución, serán de la partida este viernes (17.00 horas CET).
En su calidad de tricampeón mundial, Alemania tiene el "objetivo lógico", de pasar a la final en su propio país "con vehemencia", dijo el entrenador alemán.
Los dos últimos partidos entre Alemania y Argentina finalizaron 2 a 2. "Pero ahora, Alemania es más fuerte que en esas oportunidades ", aseguró Klinsmann. En los dos partidos anteriores faltó Michael Ballack. "Ahora es importante saber que el capitán jugará e irá para adelante", afirmó Klinsmann, agregando que "queremos librar una gran batalla y ganar el partido".
En cuanto a los ánimos, el entrenador alemán dijo que "Se registra una tensión positiva. Los jugadores están muy concentrados y casi sin nervios. Y contra el propio nerviosismo, Klinsmann tiene una receta infalible: "Sólo intento tomar un par de cafés expresos menos el día del partido".
Pelota al ras
Antes del partido, los argentinos mantienen conscientemente el balón bajo. El resultado del partido es una incógnita abierta, dicen. "Será muy difícil para nosotros... y para ellos", resalta Carlos Tévez. "El partido será peleado y el resultado, apretado", agrega.
Este viernes, los argentinos quieren transformar su desventaja en cuanto a altura de los jugadores, en ventaja, jugando el balón al ras del césped. En vista de la gran altura de los defensas alemanes –Per Mertesacker mide 1,96 metros y Christoph Metzelder, 1,93– Argentina quiere llegar hasta el arco alemán con pases cortos y a ras del suelo.
"Tenemos que mantener la pelota baja y jugar rápido, como contra Serbia", dice Javier Saviola, que conformará la doble punta de lanza argentina, junto con Hernán Crespo. Su altura, de 1,69 metros, no la ve como desventaja: "Estoy acostumbrado a jugar contra defensas que son mucho más altos que yo".
En la propia área penal, es a la inversa. Ningún defensa argentino mide más de 1,82 metros. Quizás sea una oportunidad para Ballack y Klose, que cabecean muy bien y durante este torneo aún no han convertido ningún gol de cabeza.
La misma alineación
Argentina probablemente saldrá a jugar con el mismo equipo que derrotó a Serbia y Montenegro por 6 a 0. En la línea de cuatro volverá a estar Nicolás Burdisso, en la derecha, luego de superar una lesión. La defensa la completarán los centrales Roberto Ayala y Gabriel Heinze, y en el lateral izquierdo, Juan Pablo Sorín.
A pesar de todas las diferencias en la forma de juego, ambos equipos tienen elementos en común. Al igual que Jürgen Klinsmann, también el entrenador argentino, José Pekerman, apuesta por jugadores jóvenes.
Ambos fueron criticados en sus países por su juego ofensivo, pero hicieron callar a los escépticos con diez goles convertidos por cada uno ya durante cuatro partidos del Mundial.
"Argentina no sabe meterse atrás", dice el mediocampista Javier Mascherano, que asumirá más bien un papel defensivo. Y agrega: "Esperamos que un gran equipo como Alemania quiera mostrarse y hacer el partido".
Quizás la decisión dependa entonces de una genialidad, que jugadores como Klose o Maxi Rodríguez, que hizo el segundo gol del 2 a 1 contra México, coronen con un gol de antología.
La ventaja de la camiseta
Además de jugar como local en Berlín, Alemania tendrá otra ventaja: Argentina deberá jugar con su camiseta de visitante, azul oscuro, como en la final de Roma 1990. Los alemanes saldrán a la cancha con su camiseta blanca, con la que en esa misma final ganaron por 1 a 0. Cuatro años antes, en México, habían ganado los argentinos, con sus camisetas tradicionales, a rayas celestes y blancas, y pantalones negros.