“El mundo mira hacia Alemania”
13 de junio de 2012La situación es grave. Tan grave que incluso la canciller alemana, Angela Merkel, canceló su participación en la cumbre sobre sostenibilidad de la ONU, Río+20. Merkel dijo que esa decisión, tomada luego de la cumbre del G20 en México, no le resultó nada fácil, pero que en este momento hay “diversos desafíos que enfrentar en territorio europeo”. Un argumento que, sin embargo, solo revela una parte de la verdad.
Mientras arde la eurozona, el Gobierno de Berlín y la oposición discuten acerca de cuándo y bajo qué condiciones podrá entrar en vigor el Pacto Fiscal europeo, que posibilitará una disciplina fiscal más estricta en Alemania. El Parlamento alemán debe aprobar la ley correspondiente, pero solo puede hacerlo a través de una mayoría de dos tercios. Dado que el Gobierno no cuenta con tal mayoría, necesita los votos de las filas de la oposición, que, como es lógico, pide algo a cambio. Entre otras cosas, quiere obligar al Gobierno de Berlín a comprometerse con la introducción de un impuesto a las transacciones financieras para todos los negocios de bolsa, así como a un pacto ecológico de crecimiento para Europa. Y por esas desaveniencias internas, las conversaciones sobre el Pacto Fiscal se alargan una vez más.
No hay acuerdo a la vista
Durante un encuentro en la cancillería de este miércoles se suponía que los frentes formados por los partidos de la coalición gobernante –la Unión Demócrata Cristiana (CDU)/ Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Demócrata Liberal (FDP), por un lado, y por el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes, por el otro, intentarán aclarar sus posiciones. Pero la reunión no fructificó y continuará durante la semana próxima, según anunció este miércoles el jefe del SPD, Sigmar Gabriel. “Las negociaciones todavía están en un estadio muy prematuro”, había dicho el martes la jefa de la fracción de los Verdes en el Parlamento, Renate Künast.
Al mismo tiempo, la presidenta de la fracción verde exigió “no jugar jueguitos”, sino negociar “seriamente, con honestidad y sin trucos”. Según ella, eso es algo que no se vio en los últimos días y que ambas partes se echan en cara. “La manera tan estrecha de miras con la que tantea la oposición es, en vista de la situación de los mercados, totalmente irresponsable”, sostuvo el ministro alemán de Economía y cabeza del FDP, Philipp Rösler, subrayando que tanto el Pacto Fiscal como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) debían aprobarse a término.
Pacto rojo contra Merkel: La troika del SPD viaja a París
El Gobierno alemán quiere que la ley que abre paso al Pacto Fiscal y la puesta en vigor del fondo de rescate permanente MEDE se aprueben en un solo paquete antes de la pausa veraniega europea. En principio, eso sería posible, opina el jefe de la fracción del SPD en el Parlamento, Frank-Walter Steinmeier. “No tengo la intención de posponerlo para después del verano”, dijo. El SPD no quiere que se piense que, debido a la pulseada con el Gobierno, está dejando de lado su compromiso con Europa. Inmediatamente después de la reunión en la cancillería, Steinmeier, el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, y el ex ministro alemán de Finanzas Peer Steinbrück quieren viajar a París para conversar con el presidente francés, François Hollande. El objetivo es formar una “coalición de voluntades” para elaborar el impuesto europeo a las transacciones financieras, anunció Steinmeier, y añadió que los contactos con los socios europeos no se pueden dejar solo en manos del Gobierno alemán.
¿Cuándo llegará el impuesto a las transacciones financieras?
A pesar de tales anuncios, en las filas del Gobierno se teme por el resultado de ese viaje a París. “Espero que los socialdemócratas –no importa a dónde viajen- sean concientes de la responsabilidad que tienen ante el pueblo alemán”, dijo Gerda Hasselfeldt, de la CSU. Norbert Barthle (CDU) volvió a recordar que no es posible introducir un impuesto a las transacciones financieras de hoy para mañana. “Para eso se necesitan intensivas negociaciones a nivel europeo en las que no siempre seremos dueños de la situación. Incluso si logramos que nueve países miembros estén de acuerdo, necesitamos como mínimo un año más para aplicar el impuesto”.
Pero eso significaría, de hecho, que el impuesto a las transacciones financieras no se podría llevar a la práctica dentro del actual período legislativo, que finaliza en septiembre de 2013. Eso fue, ni más ni menos, lo que el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, quiso decir el fin de semana pasado y lo que desató una nueva discusión entre el Gobierno y la oposición. Ahora depende de la canciller alemana suavizar el entredicho. “Estamos en plena tarea”, dijo Merkel tras la reunión de la fracción parlamentaria de la CDU/ CSU. Y la canciller también se encargó de bajar el nivel de expectativas acerca de un posible acuerdo con la oposición este miércoles. Pero ni el Gobierno ni la oposición pueden darse el lujo de tomarse mucho tiempo, ya que, para decirlo con las palabras del conservador Norbert Barthle, “el mundo está mirando hacia Alemania”.
Autora: Sabine Kinkartz/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López