El ascenso de Christoph Kramer
8 de septiembre de 2014Que Christoph Kramer haya sido titular en los últimos tres partidos de la selección alemana, incluyendo la final del Mundial contra Argentina y el primer partido oficial de la temporada contra Escocia en la eliminatoria a la Eurocopa 2016, confirma el importante papel que el entrenador Joachim Löw le tiene reservado al joven volante del Gladbach en el futuro cercano.
Aprovechar las oportunidades
Las lesiones de los dos jugadores titulares en el mediocampo defensivo de Alemania, Bastian Schweinsteiger y Sami Khedira, le han abierto las puertas a Kramer a los grandes escenarios del fútbol internacional, incluida la titularidad en la final del Mundial de Brasil 2014, una experiencia que él mismo califica como el momento más grande en lo que lleva su carrera profesional.
Aún así, sería injusto sostener que el ascenso de Christoph Kramer en la selección alemana solo es el resultado de las bajas de sus colegas. El jugador exhibe hoy con orgullo el título de campeón del mundo, y reclama para sí un papel protagónico para el futuro, básicamente porque no hay otro futbolista de su generación que haya aprovechado mejor las oportunidades que se le ofrecieron.
Con 23 años, su debut no ocurrió a una edad temprana. Kramer no era ningún juvenil cuando se puso por primera vez el uniforme de la selección alemana, y consiente de que quizás la ocasión no se repetiría, jugó un gran partido contra Polonia el pasado mes de mayo. En aquella ocasión el entrenador Löw formó un equipo de novatos pensando en el futuro lejano -el Mundial Rusia 2018- pero quedó tan impresionado con el jugador del Gladbach que decidió invitarlo a la concentración previa al Mundial.
El seleccionador alemán lo probó nuevamente en un amistoso ante Camerún durante 17 minutos que bastaron para confirmar el acierto de incluirlo en la plantilla que llevó a Brasil. En el Mundial, Kramer se ganó la confianza absoluta de Löw, quien lo ingresó en los partidos contra Argelia y Francia, para luego hacerlo titular en la final contra Argentina.
Desafortunadamente para el jugador, la dicha duró solo 31 minutos. Un choque con Ezequiel Garay le causó una contusión cerebral que lo sacó del partido y borró de su memoria todos lo vivido aquella noche en la que en el estadio Maracaná conquistaría el único trofeo que tiene en su palmarés: campeón del mundo.
Cada vez más importante
Pese a que los recuerdos no existen, el título está allí, tan tangible como el hecho de que su función en la selección alemana es cada vez más importante. Pese a su corta trayectoria en el equipo, que incluye siete partidos (cuatro de ellos oficiales) y 330 minutos de juego, Kramer se ha convertido en un motor adicional del mediocampo del campeón mundial.
Con su despliegue físico, los amplios espacios que cubre con sus inagotables carreras, la seguridad con la que entrega el balón y el valioso aporte al juego ofensivo, Christoph Kramer se ha ganado tanto el aprecio de los aficionados como el del cuerpo técnico alemán. “La selección está en pleno proceso de transformación y contamos con jugadores en formación que están rumbo a convertirse en grandes estrellas en los próximos años”, explicó el entrenador Löw, quien apoya decididamente las largas zancadas que da Kramer en esa dirección.
En la nueva misión alemana, la conquista de la Eurocopa 2016, Löw renueva la selección nacional en torno a Kramer, un futbolista que hace 15 meses jugaba en la segunda división de la Bundesliga con el Bochum y hoy es campeón del mundo.
El mediocampista es además un hombre de fuerte carácter y mirada crítica, que no está dispuesto a simplemente guardar silencio y acatar ordenes. Recientemente, por ejemplo, se enfrentó con el Leverkusen, club dueño de sus derechos deportivos, en busca de que su voz sea escuchada a la hora de tomar decisiones sobre su futuro.
“Para mí esa práctica de mandarlo a uno de aquí para allá sin consultar no es otra cosa que una forma moderna de tráfico con humanos”, dijo quejándose de la manera como el Leverkusen, año tras año, lo cedió a distintos equipos sin darle una oportunidad en el fútbol de la primera división, la que encontraría el año pasado en el Gladbach, club que está dispuesto a pagar por el traspaso de su ficha 15 millones de euro.
La negociación entre Leverkusen y Gladbach está en marcha, pero a Christoph Kramer, gracias a su meteórico ascenso en la selección alemana, lo pretenden muchos otros equipos de élite en Europa. Un campeón del mundo siempre es apetecido; mucho más cuando se trata de uno de los jugadores preferidos del entrenador Joachim Löw.