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El horario de invierno, un vestigio de las guerras mundiales

Ralf Bosen
26 de octubre de 2018

En Alemania, este domingo (28.10.2018) por la mañana, los relojes retrocederán nuevamente una hora. Este podría ser el último horario de invierno y “no sería una pena”, opina Ralf Bosen.

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Zeitumstellung Junge Frau mit Wecker
Imagen: picture-alliance/dpa

Las señales son inconfundibles: los malhumorados mozos recogen las sillas y las mesas que están frente a los cafés, los vecinos barren las hojas de color marrón rojizo y guardan sus hamacas en el sótano. Es otra vez: el comienzo del invierno ya se está aproximando en Alemania y, con ello, el estresante ritual semestral llamado cambio de horario. El dictado del verano termina y toma su lugar el del invierno: una hora más de sueño, más luz por la mañana, pero con una puesta de sol más temprana.

En la noche de este domingo (28.10.2018), casi toda Europa se volverá loca con el reloj y especialmente los alemanes. De las tres de la mañana, la manecilla horaria del reloj deberá regresar a las dos de la mañana. Y el público alemán nuevamente discute el significado y el disparate de esta acción.

Ministro de Economía quiere horario de verano permanente

Bruselas quiere terminar el viaje de 38 años a través del tiempo e insta a que se elimine el cambio horario el próximo año. Así, cada país deberá decidir por sí mismo a qué ritmo desea vivir: en un verano o un invierno permanente como horario normal. Sin embargo, aún no se ha decidido nada. El Parlamento Europeo y los estados miembros de la UE aún tienen que ponerse de acuerdo. Pero el ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, tiene una clara postura: él quiere un verano permanente. El respaldo de Angela Merkel debería estar asegurado.

Así, el comienzo del cambio de horario al de invierno podría ser el último. Y eso es bueno. Porque, ¿qué ha traído ese cambio constante de la hora? ¡Nada! ¿Los supuestos beneficios del ahorro de energía? Nunca se han producido, dicen las investigaciones científicas. Pero sí hay estrés para el cuerpo: la producción de hormonas, el metabolismo y la actividad cerebral se alteran debido al desfase horario. Un veneno, especialmente para quienes trabajan por turnos o tienen que levantarse muy temprano.

Hitler promovió el cambio de horario

Una mirada a la historia del cambio horario es de ayuda en la toma de decisiones. La idea fue implementada en Alemania por primera vez por el último emperador alemán, Guillermo II. Mientras que millones de soldados eran aniquilados en las sangrientas trincheras de la Primera Guerra Mundial y las fábricas de armamentos alemanes se quedaban sin combustible, el 30 de abril de 1916 el emperador estableció el horario de verano con el objetivo de ahorrar energía para la continuación de la guerra. Los enemigos de los alemanes, Gran Bretaña y Francia, también lo hicieron ese mismo año. En 1919, el impopular horario de verano fue abolido de nuevo.

Los nazis bajo Adolf Hitler lo reintrodujeron en 1940 durante la Segunda Guerra Mundial por la misma razón. Pero en 1949, se terminó este experimento. En 1980, durante la segunda crisis del petróleo, el cambio horario de verano se reanudo en ambos Estados de la dividida Alemania, y desde 1996 se aplica de manera uniforme en todos los países de la UE. Resumamos lo que es esencial: un emperador errante y un dictador megalómano, responsables de dos guerras mundiales, han dirigido estas guerras contra el reloj. Por ese motivo: el cambio de hora puede descansar en paz. ¡Adiós horario de invierno y gracias por nada!

(em)

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