El Goliat alemán se impone al David griego
22 de junio de 2012El tricampeón de Europa se medirá el jueves en Varsovia con el ganador del partido de cuartos que disputan el domingo en Kiev Inglaterra e Italia. La otra semifinal enfrentará el miércoles en Donetsk a Portugal con el ganador del choque de mañana entre España y Francia.
El capitán alemán, Philipp Lahm, puso a los 39' el 1-0 para el equipo de Joachim Löw. Giorgos Samaras empató a los 55', pero Alemania respondió con goles de Sami Khedira (61'), Miroslav Klose (68') y Marco Reus (74'). Dimitris Salpingidis puso de penal a los 89' las cifras definitivas ante 39.000 espectadores en el Estadio Municipal de Gdansk.
Löw sorprendió dejando en el banco a Mario Gómez, Lukas Podolski y Thomas Müller, su delantera en los últimos partidos, para situar a Klose como ariete acompañado por André Schürrle y por Reus. El desarrollo del partido le daría la razón a Löw, que devolvió al lateral derecho a Jerome Boateng tras sus suspensión por doble amarilla.
Partido desigual
Pocas veces se vio una eliminatoria de la Eurocopa tan desigual. Pareció un combate entre un peso pesado y un ligero. No hubo posibilidad alguna para Grecia y Alemania pasó sin despeinarse, por mucho que el conjunto heleno igualara al inicio de la segunda mitad.
Bastaron dos minutos para saber qué depararía el choque. Alemania acaparó el balón ante un rival que se replegó con nueve jugadores, dejando a Salpingidis como único jugador adelantado a la caza de un balón, a la caza de una quimera.
Y si Alemania tardó en traducir su dominio en gol fue porque se empeñó en hacer las cosas mal durante unos cuantos minutos. Especialmente Schweinsteiger, erigido en una máquina de perder balones. A cambio, Mesut Özil dio un recital en la primera mitad. El jugador del Real Madrid entendió a la perfección lo que exigía el partido: movimiento entre líneas, poca conducción, distracciones y pases filtrados. De sus pies nació buena parte del peligro alemán, aunque también es cierto que pocas veces jugó Özil tan cómodo.
La alegría de Merkel
Reus, Klose, Schürrle y Khedira sumaron un buen número de ocasiones antes de que llegara el gol para satisfacción de Angela Merkel, la canciller alemana, que dio gracias a Lahm su primer saltito de la noche en el palco del Arena Gdansk. Daría otros tres.
Esas casualidades que tiene el fútbol hicieron que el protagonista de la jugada fuera Lahm. El lateral se incorporó al ataque y de una jugada aparentemente intrascendente llegó el gol.
Nadie pensaba que el peso ligero que es Grecia fuera capaz de inquietar a la artillería pesada que guarda Alemania. Ni siquiera la pequeña representación de la hinchada helena fue capaz de enviar un grito de ánimo a sus jugadores al final de la primera parte.
Arremetida griega
Fernando Santos, seleccionador de Grecia, reaccionó con la desesperada energía de quien escucha el sonido del tren con un pie enganchado a la vía. Entró Gekas por Ninis y Fotakis por Tzavellas. Y ocurrió que en su desesperación, el boxeador de peso ligero logró lanzar una mano sobre el peso pesado, que caminaba distraído.
A los 55 minutos, Grecia tiró un sensacional contraataque aprovechando la falta de vigilancia alemana. Salpingidis progresó por la derecha y puso un espectacular pase para que Samaras empujara a la red. Nadie lo podía creer y varios griegos comenzaron a llorar.
No hubo sorpresa
Pero poco suele durar la alegría en casa del pobre. Seis minutos después del gol griego, Boateng centró desde la derecha y Khedira llegó desde atrás para devolver la ventaja a Alemania con un extraño remate.
A los 67 minutos llegó la sentencia, con un saque de esquina, una deplorable salida de Sifakis y un sencillo remate de Miroslav Klose. El peso pesado imponía el poder de su pegada y el semifinalista quedaba resuelto, si es que alguien lo dudó por un momento.
De ahí al final, el único interés residió en ver por cuántos goles ganaba Alemania. Hizo uno más, como podrían haber sido nueve. El cuarto tanto lo anotó Marco Reus a los 73 minutos con una volea. Alemania impuso el poder de la lógica y pasó a la semifinal con un sencillo 4-2. Nadie podrá decir que fue una sorpresa.
Fuente: dpa
Editora: Emilia Rojas