El Global Media Forum 2018: una oda a la libertad de prensa
11 de junio de 2018Un coro conjunto de la radiotelevisión pública WDR y de la emisora internacional DW cantó en el antiguo plenario del Bundestag alemán, en Bonn, el "Himno de la alegría”, la adaptación coral del último movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven. El poema de Friedrich Schiller que da letra a la canción habla de un ideal de sociedad igualitaria basada en la alegría y la amistad.
Pero en el mundo la realidad es más bien otra, como bien dieron cuenta de ello los discursos inaugurales de la decimoprimera edición del "Global Media Forum”, que este 2018 lleva por título "Global Inequalities – Globale Ungleichheiten” (Desigualdades Globales). Y es que no solo los bienes materiales están distribuidos desigualmente en un mundo globalizado, sino que lo mismo ocurre con el acceso a la información segura. Y eso está detrás de varios problemas, como señaló la comisaria de asuntos digitales de la Unión Europea, Marija Gabriel: "La calidad de la información disponible es un factor decisivo, un requisito indispensable, para que cada uno de nosotros pueda tomar decisiones fundamentadas, ya sean estas individuales o para un futuro común”.
Pero la digitalización ha cambiado radicalmente la distribución de la información, hizo notar Gabriel. Plataformas como Facebook o Twitter han asumido funciones que antes eran exclusivas de los medios de comunicación tradicionales y se han convertido en uno de los accesos preferidos a esta información, subrayó la búlgara de 39 años. Lo preocupante es que este cambio haya tenido lugar "fuera de los estándares de profesionalidad y ética periodísticas”. La lucha contra las noticias falsas, que se extienden principalmente gracias a las redes sociales, es lo más importante: "El desarrollo de internet y el ascenso de los medios sociales prometen una sociedad más democrática e integradora. Sin embargo, las plataformas digitales a menudo están siendo en realidad un instrumento de amplia propagación de informaciones falsas a una velocidad nunca vista. Esto me preocupa especialmente teniendo en cuenta que ese proceso puede suceder a través de algoritmos que funcionan sin intervención humana”.
Un código de buenas prácticas para otoño
La UE quiere que los grandes proveedores de información en internet, es decir, redes sociales y medios de comunicación tradicionales, pero también empresas como Google, se comprometan a desechar las noticias falsas (conocidas también por el término inglés, fake news) y a hacer más visible el contenido de los medios tradicionales mediante un cambio del algoritmo. "El objetivo es tener escrito y validado un código de buenas prácticas para septiembre de 2018. El texto trataría una amplia variedad de temas, desde la reducción de los ingresos de los autores de informaciones falsas hasta la necesidad de transparencia respecto a los contenidos promocionados, pasando por la posibilidad de que los usuarios valoren los contenidos sobre la base de indicadores de confianza, o una mayor comprensión del rol de los algoritmos responsables del orden de visibilidad de las noticias”.
Al mismo tiempo, las competencias relativas a los medios de las generaciones más jóvenes deben reforzarse: "En este sentido, pido la inclusión de la educación mediática en la elaboración del informe PISA de la OCDE”, dijo.
La subsecretaria del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, Michelle Münterfering, se expresó de forma similar e insistió en buscar respuesta a la pregunta: "¿Cómo tratamos el intento, motivado en parte política y en parte ideológicamente, de invalidar la libertad de información y opinión mediante la negación de los hechos y el encubrimiento forzoso de su línea de separación respecto de la opinión?” En tiempos en los que un solo tuit del presidente estadounidense, Donald Trump, podría destrozar una confianza construida durante décadas, esta pregunta es esencial para la sociedad.
¿Dónde está la "isla de la fiabilidad”?
También en opinión de Münterfering tienen Facebook y Twitter una enorme responsabilidad: "Los medios sociales son el lugar de transbordo más importante para la comunicación. Nuevos actores, entre ellos los populistas o los robots de opinión, dificultan el periodismo de calidad con desinformación y manipulación. Así, la crisis ucraniana, la decisión sobre el "brexit” o las últimas elecciones estadounidenses se habrían visto afectadas por bots sociales. En general, vivimos un fortalecimiento de las corrientes autoritarias y renacionalizadoras con consecuencias directas en la comunicación, también en Europa. "A hechos como el cambio climático u otros procesos de escala global se les contraponen interpretaciones o narrativas, o directamente desinformación, con el objetivo de negarlos. Se erigen canales de comunicación profesionales propios bastante sorprendentes a los que se dedican muchos recursos”.
Por eso, en una democracia, cada ciudadano necesita una "isla de fiabilidad”, como la ha descrito el presidente federal alemán, Frank-Walter Steinmeier. De acuerdo con Münterfering, esta isla debería estar compuesta por medios "en los que confiamos, a cuya cobertura informativa podamos confiar nuestro juicio”.
En ese sentido, el Ministerio de Exteriores apoya a Deutsche Welle, especialmente en regiones que enfrenta importantes desafíos ante una situación de conflicto o de restricciones a la libertad de prensa. La práctica periodística de DW se basa en los hechos contrastables, los buenos argumentos y las opiniones realistas sobre procesos y hechos.
Para el director de DW, Peter Limbourg, se trata del segundo gran evento en apenas unos días. Y es que hace una semana se celebró en Berlín el 65 aniversario de la creación de DW, cita en la que la canciller Angela Merkel calificó a la historia de este medio de comunicación como una "historia de éxito”.
Autor: Martin Muno (EAL/ERS)
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