Pies congelados
4 de febrero de 2012Mucho se discutió, antes del fin de semana, sobre si la jornada de la Bundesliga, que con antelación se sabía se disputaría con temperaturas muy por debajo del punto de congelación, en vez de un evento deportivo debería considerarse una tortura por amor al fútbol.
Partidos bajo cero
Nuremberg -9 grados centigrados; Berlín -7° (¡con una mañana a -19°!); Gelsenkirchen -6°; Leverkusen -5° (al inicio del partido -11°); Wolfsburgo -8°; Hoffenheim -5°; Hamburgo -8°. Así se leyó el reporte metereológico de los estadios donde la Bundesliga estuvo moviendo el balón; con seguridad una invitación poco tentadora para los jugadores de fútbol que, como en el caso del francés Franck Ribéry del Bayern, no escondieron su falta de entusiasmo de tener que saltar a la cancha bajo esas cicunstancias: “eso no es para nada divertido”.
Por fortuna, tanto para deportistas como público, el sol se dejó ver, el viento estuvo en calma y la nieve fue escasa. Paleativos para un clima helado que sin embargo, a juicio de los médicos deportivos, no tiene efectos dramáticos para los futbolistas.
La máxima autoridad médica de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Tim Meyer, explicó que la discusión es más grande que los problemas reales que se podrían presentar por jugar al fútbol a temperaturas tan bajas: “Es difícil decir a partir de qué temperatura el juego se convierte en un riesgo para la salud, pero la situación, de todas formas, tampoco se debe bagatelizar”.
Obligados a abrigarse
Meyer, quien es desde el año 2001 el internista de la selección alemana de fútbol, recomendó “tomar bebidas calientes durante la pausa del partido, ejercitar la musculatura con suficiente antelación, y portar vestimenta que conserve la temperatura corporal al nivel de la competencia”.
Los futbolistas de la Bundesliga escucharon sus recomendaciones y cumplieron con sus deberes deportivos castañeando los dientes ante el frío que reinó en las canchas. Pese a las bajas temperaturas ningún partido fue suspendido pues las condiciones del campo de juego, al igual que las de visibilidad, fueron óptimas.
En Alemania existe la recomendación –que no es norma pues no hace parte del reglamento- de suspender los partidos cuando la temperatura es de -15°, o de -10° con fuerte viento. Sin embargo, se puede jugar al fútbol a temperaturas mucho más bajas si el árbitro así lo decide luego de consultar y contar con el visto bueno de los médicos de cada uno de los equipos rivales.
Helado sí, pero emocionante
Y así, aunque el piso estuvo más duro de lo normal, y las caídas no fueron sobre un blando césped sino sobre una helada superficie muy similar al cemento, la jornada de la Bundesliga no dejó lesiones que lamentar, así como tampoco casos de arqueros congelados, por quienes se temía ya que ellos son los que menos oportunidades tuvieron de “entrar en calor”.
El fútbol del fin de semana fue frío, pero sólo en lo climático, en lo deportivo mantuvo a fuego vivo la competencia por el liderato y el descenso. Ello compensó el sacrificio de la afición que asistió a los estadios, que como de costumbre en la Bundesliga, registraron llenos en casi todas sus plazas.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Emilia Rojas