El Este de Alemania sigue devorando millones
28 de septiembre de 2005Alemania celebra sus quince años de recuperada unidad con una mezcla de satisfacción y desazón. Los "paisajes florecientes" que el canciller de ese entonces, Helmut Kohl, prometió a los germano-orientales, siguen siendo sólo una quimera en muchos lugares del Este del país. Es cierto que muchas ciudades presentan ahora fachadas remozadas y que la infraestructura de transportes y telecomunicaciones erigida en esas regiones se cuenta entre las más modernas del mundo. Pero la medalla también tiene otra cara, dolorosa. El nivel de desempleo se elevaba a fines de agosto a un 18,2% en los estados que configuraron la desaparecida RDA, llegando casi a duplicar la tasa occidental, del 9,6%. Y el nivel de ingresos equivale a sólo el 83% del de las regiones del oeste.
Subsidios millonarios
A todas luces, son muchos los esfuerzos que se requerirán todavía para eliminar el desnivel e impulsar la productividad en la región. El "Pacto de Solidaridad", en virtud del cual los alemanes occidentales pagan un 5,5% sobre el monto de su impuesto a la renta, genera fondos millonarios destinados a financiar las necesarias inversiones en infraestructura. Hasta el año 2019 está previsto que fluya hacia el Este un volumen de 156 mil millones de euros.
Esta "solidaridad" por decreto no ha sido objeto de grandes cuestionamientos en la opinión pública alemana, si bien algunos políticos han hecho notar que no sólo en los estados germano orientales hay zonas económicamente deprimidas, sino también en la parte occidental. Lo que sí causa polémica, por ahora con sordina, es la constatación de que parte importante de dichos subsidios ha sido desviada de su objetivo establecido.
Los problemas de hoy
Tanto la ciudad de Berlín como los otros estados federados germano-orientales han recurrido a tales fondos especiales para tapar agujeros comunes y corrientes en sus respectivos presupuestos. Incluso el estado de Sajonia, considerado el niño modelo en la materia, cayó en la tentación. De acuerdo con un informe preliminar, Sajonia destinó a consumo 152 millones del total de 2.750 millones de euros provenientes del Pacto de Solidaridad recibidos el año pasado.
La necesidad tiene cara de hereje, al punto de que algunos políticos del Este alemán, como el primer ministro de Turingia, Dieter Althaus, abogan abiertamente por emplear parte de los subsidios para amortizar deudas fiscales. Una propuesta que merece el rechazo categórico del Instituto de Investigaciones Económicas de Halle (IWH), según el cual las transferencias previstas hasta el 2019 no alcanzarán para nivelar las infraestructuras, aunque se destinen por completo a la inversión. Tanto peor será pues la situación si se desvían fondos para sortear las penurias de cada día.