El ejército no es una "mejor policía"

El diario alemán Neue Osnabrücker Zeitung dice: "La intención del ministro alemán del interior (Wolfgang) Schäuble de utilizar el ejército como guardián del orden público durante el Mundial de Fútbol es tan poco feliz como un autogol. La prohibición anclada en la Constitución (alemana) tiene sentido, pues la armada no es una mejor policía. Los soldados están entrenados para la guerra y no para lidiar con barras bravas".

¿Y qué hacen entonces los soldados alemanes en el exterior?

El periódico Weser Kurier de Bremen replica: "Las críticas de que los soldados alemanes no están preparados para prestar servicio durante el mundial son absurdas. ¿Qué hacen entonces los y las soldados alemanes en el exterior? - Velar por la seguridad de edificios de instituciones, en Kosovo cuidan casas de familias serbias y en Afganistán garantizan la seguridad de escuelas de jóvenes mujeres en peligro de ser atacadas por talibanes. En África patrullan por los océanos acompañando buques cargados de alimentos para los necesitados, además de cazar criminales como Karadzic y Mladic en Bosnia".

Ejército suple deficiencias de Policía

El rotativo Süddeutsche Zeitung considera: "Un despliegue militar durante el Mundial no le haría a nadie un favor, ni a la sociedad ni a la misma tropa. Ambos serían incapaces de comprenderlo. El ministro bávaro del interior lo ha dicho escuetamente: se trata de una nueva 'filosofía de seguridad', como se le llama en términos encumbrados al deseo de emplear a los militares en el interior del país. Pero de lo que más bien se trata es de utilizar al ejército como llenahuecos tratando de resarcir las deficiencias de la policía causadas por los recortes de tributarios y de personal".

Putin: ¿el salvador del Cercano Oriente?

"Vladímir Putin tiene, efectivamente, un papel 'determinante' en la búsqueda de la paz en Oriente Próximo y para encauzar el problema del programa nuclear iraní. Sus peculiares relaciones con Hamás y con Teherán son hoy más valiosas, y el presidente ruso sorprendió al mundo al anunciar que había invitado a Moscú a los dirigentes del grupo violento que ha ganado las elecciones palestinas. Putin no considera terrorista a Hamás, aunque sí a los grupos armados chechenos. Esta invitación, que tiene sentido, choca sin embargo con la declaración conjunta contra el terrorismo que ambos suscribieron ayer en Madrid.Putin, que ha ganado peso con el fracaso de la guerra de Irak, sabe que el petróleo y el gas rusos valen hoy más, no sólo en dinero, sino también en términos geopolíticos. De ahí que, como le recordó su anfitrión, el rey Juan Carlos, 'esa extraordinaria riqueza energética también suponga una gran responsabilidad', pues de su gestión 'depende en buena medida la estabilidad política y económica de la región y de parte del continente europeo'. Cabe entenderlo como una cortés crítica a cómo Rusia cortó los suministros de gas a Georgia.

Esta visita muestra un mayor interés de Rusia por España en la UE de los Veinticinco. La invitación de Putin a que España, a través de la Unión, aporte sus reflexiones sobre la "seguridad energética" al G-8, que se reunirá en julio en San Petersburgo, incluida la cooperación en materia nuclear entre España y Rusia a la que se refirió el presidente ruso, no debe caer en saco roto, pues es uno de los grandes temas de nuestra época. Pese al acercamiento entre Madrid y Moscú, no cabe silenciar los pasos atrás que ha dado Rusia en los últimos tiempos en materia democrática, por ejemplo con la nueva ley para asfixiar y controlar la labor de las ONG, o la represión sin fin en Chechenia. Que Putin sea determinante en la nueva situación geopolítica no exime a su régimen de tener que dar cuentas ante denuncias por presuntas violaciones de los derechos y garantías más básicos".