El día después es el día anterior
5 de julio de 2006
La eliminación de Alemania le ha quitado un poco de brillo a este Mundial. No porque Alemania tuviera que ser necesariamente la campeona, sino porque el campeonato vivía en parte de la pasión casera, de las calles llenas, de las pantallas abarrotadas, de las celebraciones, de las banderas que carecen ahora de significado, de la felicidad contagiosa de las gentes que soñaron no con un imposible, pero sí con un "muy difícil".
Los alemanes aceptan la derrota. Italia fue mejor, coincide la mayoría. Hasta el "Kaiser" Beckenbauer, y si lo dice el "Kaiser", así será. Y el siguiente partido ha dejado de ser tema en los medios de comunicación germanos. La preocupación es ahora Klinsmann, que provocaría la segunda ola de congoja nacional si se decide a abandonar este equipo que es tan suyo como el sitito que se ha ganado en el corazón de los alemanes. Y las radios del país retransmiten los mensajes de sus oyentes: que recuerdan lo divertido que ha sido este Mundial, que le piden a Klinsmann que se quede, que levantan el ánimo. Este combinado es joven y tiene toda una vida por delante. Alemania está triste y, al mismo tiempo, feliz de haberse conocido.
Francia: la sorpresa
Los termómetros alemanes se han ensañado estos días con los jugadores. El calor es insoportable, y uno empieza a sudar sólo de pensar lo que debe ser correr durante 90 minutos bajo estas temperaturas. Y aún así, ayer se jugaron 120 largos minutos y hoy, Francia y Portugal no han dado la guerra por perdida hasta el pitido final.
Los franceses, sólidos como siempre. De penalti, la tendencia que más se lleva en Alemania 2006, se adelantaron los "bleus" en la primera parte. A partir de ahí, el mediocampo galo tuvo que ponerse el mono de trabajo. Contener a los portugueses, defender el valioso 1-0. Cada gol es un tesoro en esta Copa en la que los partidos se deciden por los pelos. Henry y Zidane, borrados del terreno de juego.
Mientras, los portugueses a la ofensiva en busca primero, del empate. Luego, ya se verá. A diez minutos del final, los lusos perdonaron una ocasión de esas que pasan factura. Tiro libre de Ronaldo que el portero francés rechaza como si se tratara de una bomba "ticteante" en lugar del familiar balón. Pero no hubo tanto y quien no materializa cuando puede, sobre todo ante Francia, pierde partidos.
Al final, los "bleus" se llevaron su valioso 1-0. Francia ha eliminado a la España que convenció en la primera ronda. A Brasil. Y ahora a Portugal. Su presencia en la final es merecida, aunque éste no fue su mejor partido. Por el bien del fútbol esperemos ante Italia recuperar a los galos que acabaron con la furia roja y el baile carioca. De lo contrario, la final podría ser muy aburrida.
Puertas de salida
Era el partido número 50 de Francia en la fase final de un Mundial de Fútbol, y en Alemania 2006 habrá aún un encuentro 51: la final. Zidane no vio la temida tarjeta amarilla que hubiera supuesto para la estrella gala perderse su última posibilidad de jugar profesionalmente. Y Zidane podrá despedirse por la puerta grande, la del estadio olímpico de Berlín. Como ganador sólo si Italia lo permite.
Francia y Portugal se enfrentaban por primera vez en un Mundial, pero los choques entre ambos en otras competiciones se habían decidido mayoritariamente a favor de los galos. Y Portugal añade un nuevo resultado a las estadísticas pro francesas. Derrotados y con las caras descompuestas: los nuevos decepcionados de este Mundial se enfrentarán ahora a Alemania por el tercer puesto. El puesto más triste de la Copa del Mundo.