El día de D, de Obama
24 de julio de 2008The Independent, de Inglaterra: “Hasta el sábado va a tener Obama tiempo para comprobar si el carisma que le ha otorgado la nominación de su partido funciona también en Berlín, París o Londres. Las expectativas de poder hablar en Alemania frente a la Puerta de Brandeburgo fueron desde el principio excesivamente ambiciosas […] Angela Merkel tuvo razón al considerar que este lugar podría interpretarse como un apoyo a su candidatura. Todos los gobiernos extranjeros están obligados a permanecer neutrales. Quién será presidente lo deciden los norteamericanos en noviembre.”
Die Presse, de Austria: “Toda Europa se ha contagiado de la fiebre Obama. El candidato a la presidencia de Estados Unidos despierta un entusiasmo con el que su compañero de travesía al otro lado del Atlántico sólo puede soñar. ¿Qué político europeo estaría en condiciones de atraer a decenas de miles de extraños hasta la Columna de la Victoria, como va a hacer Obama (si el tiempo acompaña)? […] Obama se va a veces por las nubes, cambia de posición como el viento. Pero apasiona, y la mayoría de sus colegas de profesión no son capaces de aguantarle el ritmo.”
La Stampa, de Italia: “El verano es realmente caluroso, un verano ardiente para el candidato republicano a la Casa Blanca. John McCain está condenado a contemplar, casi impotente, cómo su rival demócrata, Barack Obama, se da a diario en su gira euroasiática un baño de multitudes, rodeado de periodistas. Es una mala jugada del destino para un hombre que se ha mantenido siempre duro con respecto a Irak, y que ha hecho suya la línea mantenida por el presidente estadounidense, George W. Bush.”
Karadzic sigue en la prensa
De Volkskrant, de Holanda: “Pasará algún tiempo hasta que empiece el juicio contra el ex líder serbo bosnio Radovan Karadzic, y todavía más hasta que se dicte sentencia. Pero su detención supone ya una señal importante para el Tribunal para la Antigua Yugoslavia y para el derecho internacional. Pese a que este tribunal especial ha tramitado 160 acusaciones en los últimos 15 años, que han llevado hasta ahora a 56 condenas, su credibilidad quedaba en entredicho mientras dos sospechosos, en opinión de la mayoría los que con más sangre se habían manchado las manos, siguieran libres: Karadzic y su mano derecha, el general Ratko Mladic […] La detención de Karadzic, seguida esperemos por la de Mladic, demuestra que la persecución de los crímenes de guerra requiere mucha paciencia.”