El discurso de Helmut Kohl y la Reunificación alemana
Peter Limbourg no olvidará el 19 de diciembre de 1989. Era un joven corresponsal de televisión y estaba informando sobre los acontecimientos históricos en torno a la caída del Muro de Berlín. Ese día viajó a Dresde. El canciller Helmut Kohl se iba a reunir con el presidente de Alemania del Este, Hans Modrow, para estabilizar la situación en la RDA. Sin embargo, nada más llegar, las miles de personas que inundaron las calles y que recibieron con gran entusiasmo a Kohl dejaron claro que no querían largas negociaciones. Querían la reunificación de Alemania, preferiblemente de inmediato. Hasta entonces, Kohl pensaba que la unificación de los dos Estados alemanes sería posible en tres o cuatro años como muy pronto. Pero aquel día en Dresde le hizo darse cuenta de repente de que todo podía ir mucho más rápido. El discurso espontáneo de Kohl en Dresde fue un acto de malabarismo retórico: no podía decepcionar a los alemanes orientales ni desairar a los cuatro aliados, porque sabía que "cualquier palabra incorrecta habría sido interpretada inmediatamente en París, Londres o Moscú como nacionalista". El entonces corresponsal Peter Limbourg regresa a Dresde treinta años después del discurso de Kohl. Habla con los líderes políticos de aquellos días y con ciudadanos de Dresde que, como él mismo, se convirtieron en testigos de un momento histórico.