El cuartel alemán del Mundial de Fútbol

La selección alemana de fútbol ya se está aclimatando en Sudáfrica. Y lo hace en un hotel que el tesorero de la Federación Alemana de Fútbol, Horst R. Schmidt, calificó de “muy bonito" y que queda cerca de Pretoria. Es decir, no es urbano sino que está ubicado en el campo. La ciudad del Mundial -Johannesburgo- tampoco está muy lejos.

Debido a su buena ubicación, varios equipos querían esta instalación. “Hubo una batalla de diversas naciones por este hotel. Gracias a Dios estuvimos muy temprano allí, y estamos muy contentos de que sea nuestro campamento base”, dijo el entrenador nacional alemán, Joachim Löw. El cuartel general germano está ubicado a más de 1.000 metros de altura. De esta forma, los jugadores se pueden adaptar a las condiciones de altitud en la mayoría de los lugares de juego. Y para los vuelos a los partidos en Durban y Port Elizabeth en el Océano Índico, la selección alemana puede utilizar un aeropuerto militar cercano.

Exclusividad y seguridad

También hubo otras razones para elegir este cuartel general, como subrayó el gerente del hotel, Heinz Mulder. “Se trata de la exclusividad y la seguridad”. Todas las áreas del hotel, inclusive la piscina, los spa y los restaurantes están completamente cercados, y así son fáciles de resguardar. El equipo de la Federación Alemana de Fútbol también cuenta con sus propios cuerpos de seguridad. Los rumores de que el hotel habría sido construido ilegalmente se han dejado de lado.

También el personal del hotel se ha esmerado para dar buena acogida a sus huéspedes. Según Mulder, han estudiado a todo el equipo para que todos tengan claro quién en quién, y hasta han aprendido unas palabras de alemán.

Programa contra claustrofobia

Para evitar la claustrofobia, la Federación Alemana de Fútbol quiere mantener de buen humor a los jugadores con un programa paralelo. De esto también hacen parte, según informaciones del gerente del equipo, Oliver Bierhoff, los viajes necesarios para los juegos de eliminatoria en Johannesburgo, Durban y Port Elizabeth. “Para los jugadores siempre es bueno viajar, tener un cambio y salir del hotel”.

Pero tan libres como en el Mundial en Alemania de 2006, no se podrán mover los jugadores. En Berlín, por ejemplo, podían salir a comer o a recorrer la ciudad. En Sudáfrica esto no será posible. Sin embargo, hay un consuelo: las familias serán acomodadas, según el entrenador Löw, en lugares cercanos. “Hemos reservado cerca de nuestro campamento en Velmore un hotel para las esposas, novias e hijos de los jugadores”.

Sin embargo, el tiempo libre del equipo no es el tema central de la Federación Alemana de Fútbol, sino que “están allí por una razón: quieren ganar el Mundial. No se trata de vacaciones sino de trabajo”, dice acertadamente el gerente del hotel. Y Mulder también aventura un vaticinio sobre el próximo campeón mundial: “seguro será el quipo alemán”.

Autor: Arnulf Boettcher / Cristina Mendoza Weber

Editora: Emilia Rojas Sasse