"El costo de las represalias rusas es igual a cero"
31 de julio de 2017Deutsche Welle: Usted sostiene que la respuesta de Rusia a las sanciones de la Unión Europea en realidad ha dañado a Moscú, contradiciendo al presidente ruso, Vladimir Putin, que siempre vuelve a subrayar lo positivas que son para Rusia. ¿Cómo llega a esa conclusión?
Daniel Gros: Está claro que si, a través de represalias un país se aísla económicamente del país que lo abastece con los productos más baratos, solo puede salir perdiendo. Y eso fue lo que sucedió en el caso de los alimentos, que fueron afectados por las sanciones y contrasanciones rusas.
Se refiere, sobre todo, a la pérdida de poder adquisitivo de los hogares rusos...
Exacto, especialmente en lo referido a alimentos. Eso se ve en el índice de precios al consumidor si se incluye a los productos alimenticios. Los productores europeos eran los que abastecían a Rusia con los productos más baratos y de mejor calidad. Es decir, que los rusos tuvieron que elegir otros productos, más caros, y por eso finalmente los hogares rusos perdieron poder adquisitivo debido a esas represalias.
En su informe, usted no analiza las sanciones europeas aplicadas debido a la anexión de Crimea por parte de Rusia, así como por las acciones rusas en el este de Ucrania, sino que se concentra en las consecuencias de las sanciones rusas contra la UE. ¿Cuál es su balance?
En realidad, solo se necesita observar las cifras desnudas, y lo que se ve es que las exportaciones europeas hacia Rusia disminuyeron, pero eso pasó solo porque todas las importaciones rusas cayeron, ya que, por casualidad, en ese mismo momento se produjo una recesión en Rusia debido a la caída en los precios del petróleo.
El único sector europeo que sufrió un poco más fue el de las exportaciones de alimentos, ya que estos sí fueron afectados por las contrasanciones rusas. Pero lo que quedó demostrado, y es extraño, es que los productores europeos tienen que ser muy flexibles, ya que, en su totalidad, las exportaciones de alimentos desde la UE no disminuyeron. Eso significa que los fabricantes europeos lograron más que subsanar la pérdida del mercado ruso exportando hacia otros países. Por eso, el costo de las contrasanciones rusas para la UE es igual a cero.
Su balance parece mucho más optimista que, por ejemplo, el del Estudio Wifo, de Austria, en el que se afirma que Europa ha perdido miles de millones de euros y varios miles de puestos de trabajo. ¿Qué piensa sobre esto?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que las importaciones rusas se derrumbaron porque el precio del petróleo cayó a la mitad. Y eso es algo fundamental que no puede ser dejado de lado. En segundo lugar, el estudio austríaco presume que llegan menos turistas a Europa debido a las sanciones, y que la UE está perdiendo en ese aspecto. Pero eso tampoco se puede constatar, ya que debemos partir de que los rusos, a causa de que cuentan con menores ingresos, también tienen menos dinero para viajar al extranjero, pero no por las sanciones, sino por la caída del precio del petróleo. Por eso diría que una gran parte, o casi la totalidad de la pérdida en las exportaciones europeas hacia Rusia luego de las sanciones y contrasanciones, según lo que se pudo observar, fue debida simplemente a la caída del precio del petróleo.
Una opinión muy difundida en Rusia es que Europa se derrumbaría si desapareciera el mercado ruso. Pero, desde el punto de vista económico, parecería que Europa puede permitirse tomar medidas duras contra Rusia. ¿Es esto último cierto?
Sí, eso está bien claro. La economía europea es más de 10 veces más grande que la rusa; es mucho más flexible, y tiene una base industrial muy fuerte. Rusia exporta, de hecho, solo petróleo y gas, y algunas materias primas. Sin duda, Rusia es para Europa un mercado interesante, pero sigue siendo un mercado secundario y no es decisivo para la supervivencia y el crecimiento de la economía europea.
La espiral de sanciones pronto podría afectar las exportaciones rusas hacia Europa, y el proyecto Nord Stream 2 está en peligro. En la UE todos están de acuerdo en cuanto a su importancia. Berlín respalda el gasoducto, y los europeos del este le temen. ¿Cuál es su postura al respecto?
Pienso que habría que dejar a los políticos fuera del asunto. Seguramente no es un negocio importante para Alemania. Se trata de que los rusos quieren construir por propia cuenta un segundo gasoducto a través del Mar Báltico. Si será utilizado en el futuro, nadie lo sabe. Seguramente, Alemania puede vivir sin él, ya que el gasoducto actual se ha aprovechado totalmente.
Tal vez ciertos proveedores de tuberías pierdan algún negocio, pero eso no es, ciertamente, algo importante para Alemania. Yo diría que si el gasoducto se construye, quedará bastante vacío. El gigante ruso "Gazprom" habrá tirado entonces un poco de dinero por la ventana, pero impedir que lo haga no me parece una tarea política sobre la que habría que disputar tanto.
Daniel Gros es experto en economía y director del Centro Europeo de Estudios Políticos (CEPS) de Bruselas.
Entrevista: Mikhail Bushuev (CP/ ERS)