El cine alemán en busca de más público y mejores ventas
29 de enero de 2010Hubo años en que fue muy difícil, si no inútil, atraer el interés del público hacia las películas alemanas, fuera de Alemania. Sin embargo, desde que apareció “La vida de los otros”, el mundo mira otra vez con atención hacia la producción alemana actual. Dos instituciones con sede en Múnich realizan un papel importante en la exportación de este género cultural. German Films y el Instituto Goethe.
Embajadores culturales
Aunque en Alemania muchos piensen que el Instituto Goethe es sólo una afamada escuela para impartir clases de lengua alemana, en el extranjero cumple diversas funciones. Se aprende alemán en sus aulas y también se asiste a actos culturales, hay servicio de biblioteca o se va al cine. “Las películas transportan mucho. Imagen, música, lengua; son un medio ideal para acercarse a otras culturas. El 45 por ciento de nuestro programa cultural está conformado por películas, por ese motivo. Con la digitalización se hace cada vez más fácil”, cuenta Christian Lüffe, director del departamento de cine del Instituto Goethe. Su trabajo comprende tareas singulares: entregar premios al cineastas alemanes en festivales de todo el mundo y seleccionar las películas que se van a dotar de subtítulos para 40 cinematecas del Instituto Goethe en todas partes del mundo.
“Nuestra función es la de un aperitivo. Lograr que la gente que ve por primera vez una película alemana encuentre interesante lo que se hace aquí. El gran objetivo es difundir la cultura alemana y el séptimo arte es parte de ello. En primer plano para nosotros no está la rentabilidad, sino la calidad estética”, explica Lüffer.
Vender el cine alemán
Para German Films, por el contrario, ambas cosas deben fusionarse: vender una película significa que cintas con un alto potencial comercial deben encontrar un distribuidor que las lleve a las salas de cine en el extranjero. Para la mayoría de las producciones eso representa un ingreso adicional. Pocos productores pueden contar con dinero del extranjero en el presupuesto de su producción, como Fatih Akin.
Entretanto cada vez hay más directores y actores de Alemania que se conocen internacionalmente. Esto no obedece tanto a las películas que han sobresalido en los grandes festivales, sino más bien al creciente número de coproducciones. Mariette Rissenbeck es una de las directoras de German Films y se ocupa de los festivales y el trabajo de relaciones públicas. Una de sus tareas es hacer visible en el extranjero al cine alemán.
“Nuestro negocio es detectar todo lo que incremente la percepción del cine alemán en el extranjero. Nos ocupamos de que nuestras películas lleguen a los festivales internacionales invitando a sus directores a que las vean aquí primero. Apoyamos, con trabajo y dinero, las campañas de los candidatos a Öscares. Alquilamos salas de cine en Buenos Aires, Londres, Madrid o París para presentar cine alemán”, cuenta Rissenbeck.
Como una agencia en el extranjero de la industria cinematográfica, German Films firma todavía con su antiguo nombre Export Union des Deutschen Films (Unión Exportadora del Cine Alemán). En su objetivo de incrementar las ventas del cine alemán en el extranjero, organiza la selección de películas alemanas que van a competir por el Oscar. Pero, dado que German Films es la autoridad del ramo junto al Instituto Goethe, también organiza coproducciones o negocia con las empresas en el extranjero.
El que un miembro de un jurado en Shangai o Roma sea alemán significa que German Films ha hecho bien su trabajo. Sin embargo, a pesar de todo el apoyo mercadotécnico, los productores alemanes tienen que esforzarse por hacer unas películas tan buenas que todos quieran verlas. “Creemos que Googbye Lenin fue la llave que le abrió la puerta internacional al cine alemán", dice Rissenbeck, y puntualiza: "De pronto las distribuidoras y el público se dio cuenta que con películas alemanas se puede ganar dinero y que el cine alemán puede ser divertido”.
Autora: Renate Heilmeier/Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas