El ciclo de vida de una botella de plástico
Alrededor del mundo se venden millones de botellas de plástico anualmente. Buena parte de ellas son botellas de agua. ¿De dónde viene y adónde va cada botella de plástico que destapamos para saciar nuestra sed?
Mensaje en una botella
Cuando compra una botella de agua, usted está pagando más por el plástico que por el contenido. Pero, ¿qué hay del costo ecológico de ese producto? La fabricación y los procesos de llenado, etiquetado, distribución, almacenamiento y desecho de esas botellas es costoso. Sigamos el ciclo de vida de la botella en la foto...
Contaminación por etapas
La mayoría de las botellas de plástico está hecha a base de tereftalato de polietileno (PET), derivado del petróleo crudo. Por sí sola, la extracción de petróleo genera gases contaminantes y daña el medio ambiente; pero el plástico libera toxinas adicionales. El petróleo es llevado a refinerías como ésta en Colonia (foto), la planta procesadora más grande de Alemania.
Cuentas de plástico
El petróleo destilado es enviado a las empresas que fabrican pequeñas cuentas de plástico como las de la imagen. Los productores de botellas derriten estas cuentas y les dan formas similares a las de un tubo de ensayo. Las compañías embotelladoras de agua calientan esos tubos y le dan el contorno deseado. Al ser recicladas, las botellas son convertidas de nuevo en pequeñas cuentas de plástico.
Producción masiva
En la planta de embotellamiento, a las unidades de plástico preformado se les da el contorno deseado, se les esteriliza y se les llena de agua antes de ser selladas, etiquetadas y empacadas para su distribución. En esta planta de embotellamiento de Sajonia, Alemania, 1,5 millones de litros de agua y refrescos son embotellados todos los días.
Opciones libres de petróleo
Las botellas también pueden ser fabricadas con plástico biológico, producido a base de plantas como el maíz o la caña de azúcar en lugar del petróleo. Pero, aunque esos plásticos son biodegradables, su producción tiene un aspecto muy negativo: ella demanda grandes cantidades de agua y tierra que podría ser usada para sembrar productos comestibles.
Oneroso transporte
El transporte del agua embotellada también agota recursos valiosos: en algunos casos, más de un litro de gasolina por botella. Se estima que una de cada cuatro botellas de agua cruza al menos una frontera nacional por barco, tren o camión antes de ser consumida. Todos estos transportes emiten dióxido de carbono y contribuyen al calentamiento global.
Fuga de recursos
El Pacific Institute calcula que en el proceso para producir una botella de agua de un litro se utilizan tres litros de agua. En las áreas donde están asentadas las plantas embotelladoras, la constante extracción de agua puede conducir a un descenso en la tabla del agua, haciendo que las comunidades locales padezcan la escasez del preciado líquido.
Embotellando un problema
Algunos estudios estiman que alrededor de 60 millones de botellas de agua fueron recicladas en Europa en 2013. Más de la mitad de todas las botellas usadas. El resto terminó como desecho en depósitos de basura o en las aguas, en donde tardan cientos de años en descomponerse.
Estimulando el reciclaje
En Alemania, el precio de las botellas plásticas reciclables contienen un aporte retornable. La gente lleva las botellas vacías a los supermercados y las deposita en máquinas como la de la foto para recuperar ese aporte retornable: 25 céntimos de euro por botella o un recibo con constancia de pago para ser canjeado en la caja del supermercado.
La vida después de la vida de una botella...
Las botellas recicladas son destruidas, derretidas y convertidas en pequeñas cuentas de plástico. Éstas son vendidas a las empresas que fabrican objetos a base de plástico reciclado. De entre los productos derivados del plástico, uno de los más populares es el forro o vellón polar, una tela sintética usada para la elaboración de chaquetas y cobijas.