El cambio climático provoca enfermedades en los animales
25 de noviembre de 2014Ovejas con lenguas hinchadas de color azul: estas imágenes irreales son cada vez más frecuentes en Alemania.
Hasta hace poco, la mortal enfermedad de la lengua azul o fiebre catarral ovina era conocida en la medicina veterinaria como un virus específico de África, dice Heribert Hofer, director del Instituto Leibniz de Investigación Zoológica y de Animales Salvajes de la Universidad Libre de Berlín. El virus afecta sobre todo a animales útiles como ovejas, ganado y cabras.
Sin embargo, a lo largo de la última década se han reportado varios casos en toda Europa occidental debido a un aumento del calor y un clima más húmedo. Hasta la fecha, ha matado a más de 1,5 millones de ovejas en Europa.
“El cambio climático hace que el patógeno se pueda expandir más allá de su hábitat normal”, dice Hofer. “En los lugares, donde ya existe, se podría volver más agresivo”.
La lengua azul es una de varias enfermedades cuya propagación es ocasionada por el cambio climático y que tiene un fuerte impacto en la salud de los animales. Científicos como Hofer creen que estas enfermedades se seguirán expandiendo a causa del aumento de las temperaturas.
Las enfermedades de los animales son como los canarios que antes se utilizaban en las minas de carbón para detectar acumulaciones de gas. Es decir, son un indicador de problemas mayores, dice Matthew Bylis, director del grupo LUCINDA, de la Universidad de Liverpool. Dos tercios de las enfermedades humanas provienen de los animales, la mitad de ellas de animales útiles. La lengua azul es transmitida por el mosquito Cullicoides immitus.
Cambiando las reglas de juego para vectores
Vectores como los mosquitos, las moscas y los zancudos, que transmiten patógenos, estaban limitados a ciertas regiones geográficas debido a factores climáticos. La mayoría se reproduce en climas tropicales y subtropicales, pero no pueden sobrevivir en regiones de grandes altitudes. “Esto está cambiando rápidamente. Actualmente hay lugares que son demasiado fríos para estos vectores. Sin embargo, si el clima se calienta, se expandirán hacia nuevas regiones y ampliarán su horizonte geográfico”, dice Richard S. Ostfeld, del Instituto Cary de Estudios del Ecosistema en Nueva York“.
Según un artículo de los investigadores Samuel S. Myers y Aaron Bernstein, de la Universidad de Harvard, el calentamiento global les da a estos insectos una ventaja competitiva. No solo está aumentando la tasa de reproducción y supervivencia de estos vectores que chupan sangre, sino que también se reduce el período de incubación de los parásitos.
“Si bien desde nuestra perspectiva el cambio climático no ha sido muy grande, desde el punto de vista de un insecto sí lo es, porque ellos y los patógenos que llevan dentro son mucho más sensibles a este tipo de cambios”, explica Baylis. “A todos los insectos les afectan factores como la temperatura y la lluvia”.
La fiebre del Valle del Rift, por ejemplo, un virus que es transmitido por mosquitos, se ha expandido últimamente en África y Medio Oriente, porque allí la cantidad de lluvia que se registra a lo largo de un año se ha triplicado. La epidemia se ha cobrado la vida de camellos, cabras, ganado y ovejas, y ha tenido un fuerte impacto en la vida de los campesinos que dependen de ellos.
El cambio climático también influye en el comportamiento de los animales y los hace más susceptibles a contraer enfermedades, dice Baylis. Por ejemplo, durante periodos de sequía los animales se agrupan más alrededor de las aguadas. La mayor cercanía permite que las enfermedades se propaguen más fácilmente.
No obstante, no solo el calentamiento global sino las fluctuaciones climáticas en general contribuyen a la expansión de las enfermedades. Algunos tipos de hongos, por ejemplo, que funcionan como patógenos en animales salvajes, se desarrollan mejor en condiciones frías.
Tomemos como ejemplo el llamado Bd (Batrachochytrium dendrobatidis). Se trata de un hongo identificado recientemente, que mata a salamandras y tritones europeos. Esta letal enfermedad de la piel amenaza a más de 200 especies de anfibios en todo el mundo.
“Se ha comprobado que el Bd no se propaga tan rápido ni prolifera tan rápido bajo condiciones calientes”, señala Ostfeld y añade que las altas temperaturas también reducen la capacidad de algunos anfibios de combatir una infección. “El hongo prefiere el frío”.
Como la mayoría de las especies, estos anfibios se adaptan a los cambios en su entorno. Sin embargo, a veces los cambios son demasiado rápidos. Por ello, las poblaciones de animales y sus regiones geográficas están siendo diezmadas por las enfermedades.
Impacto en la biodiversidad
Las enfermedades infecciosas en animales tendrán un impacto aún más profundo en la biodiversidad de lo que se creía, asegura Hofer.
“Los patógenos de enfermedades infecciosas no solo influencian la ecología de los ecosistemas naturales, sino también la evolución de las especies, su habilidad para adaptarse a cambios, así como el desarrollo de nuevas especies”, dice.
Para reaccionar ante estos problemas se requieren inmensas inversiones, capacitación y el desarrollo de vacunas, indica Ostfeld.
Actualmente, el cambio climático es tan rápido que en muchos casos los animales no tiene la posibilidad de adaptarse ni de evolucionar igual de rápido. Según el experto, “cualquier cosa que podamos hacer para frenar el cambio climático, le daría la oportunidad a un sinnúmero de animales para adaptarse en vez de desaparecer”.
Autor: Rachel Stern (VC/EL)