El arte de fotografiar el cielo
12 de julio de 2021Caminar por el desierto, soportar bajas temperaturas, esperar horas, -y hasta años, si es necesario-, son algunos de los desafíos que presenta la tarea, y que ellos enfrentan casi diariamente. Son los astrofotógrafos, dedicados a mirar el cielo y contarlo en fotos.
"Para mí, la astrofotografía es una experiencia realmente única, que me conecta de una manera muy especial con el entorno”, cuenta el reconocido profesional argentino Franco Meconi, en diálogo con DW.
"La escala cósmica de tiempo y espacio es tan inmensa, que observar el cielo nos recuerda lo pequeños que somos, y eso me ayuda a poner la cosas en contexto y a olvidarme, aunque sea por un rato, de las preocupaciones de la vida cotidiana”, se explaya el astrofotógrafo.
"La paz que se encuentra al salir en medio de la noche a tratar de buscar una bella composición, conjugando la naturaleza con las estrellas, no tiene comparación”, comparte, en tanto, el colombiano Luis Muñoz. "Ese sentimiento es el que me lleva a salir a buscar las estrellas y plasmarlas en fotografías”, agrega el fotógrafo ante este medio.
"Durante un campamento sobre un glaciar a 5.000 metros de altura en los Andes de mi país, descubrí que, utilizando ciertos parámetros, mi cámara podía registrar la vía láctea y las estrellas con un gran detalle. Desde ese momento, fue un amor a primera vista hasta el día de hoy”, revela sobre sus inicios en la profesión el fotógrafo peruano Jheison Huerta, internacionalmente premiado por su obra.
Un arte, diferentes opciones
La actividad tiene varias ramas, entre las que se distingen: la fotografía lunar, la planetaria, la de objetos de cielo profundo -como nebulosas o galaxias-, la de paisaje nocturno, y la de fenómenos puntuales -como el paso de un cometa o un eclipse-.
¿Qué se necesita para tomar buenas fotos? Pues destreza, una buena técnica, equipos apropiados y, muy especialmente, paciencia, indican los expertos.
"Me tomó 3 años obtener mi foto favorita”, cuenta Huerta a DW. "Viajé por 3 años a Bolivia probando suerte, y finalmente logré encontrar las condiciones ideales para concretarla”, revela.
"Registro el arco de la vía láctea reflejado en el desierto de sal más extenso del mundo, el salar de Uyuni”, detalla el profesional sobre la toma que le valió el reconocimiento de la NASA como "Astrofotografía del día” ("Astronomy Picture of the Day”) en 2019 (ver foto que ilustra esta nota).
Pasión por la tarea y técnica minuciosa
Cada toma requiere un gran trabajo de planificación. "Generalmente se viaja antes, con la luz del día, se seleccionan los mejores lugares, y luego se evalúa, con ayuda de una aplicación especial, si la vía láctea en esa fecha y hora permitirá realizar la foto deseada”, puntualiza Luis Muñoz. "Tienen que conjugarse el clima y la alineación de los astros perfecta”, resume.
"La astrofotografía es una actividad que depende en su gran mayoría de factores externos”, sostiene, en el mismo sentido, Franco Meconi. "El cielo nocturno va cambiando a lo largo del año, y algunos objetos o fenómenos astronómicos solo se dan muy de vez en cuando, o pueden observarse -y fotografiarse- desde lugares muy específicos”, explica sobre las dificultades de la tarea.
"Planificación, adquisición y procesado”, define las etapas existentes tras toda astrofotografía el profesional argentino. "La adquisición es muy importante, hay que verificar todos los parámetros para una captura ideal”, indica. "Y con un buen procesado, se logra extraer una mayor cantidad de detalles para la imagen final”, precisa.
La actividad, asimismo, atrae a cada vez más adeptos, ya sea en calidad de hobby o de profesión. "En los últimos años, la tecnología y los avances en fotografía digital han permitido que, con modestos equipos de uso doméstico, se puedan lograr increíbles resultados en fotografía astronómica”, alienta Meconi desde Buenos Aires.
"Las locaciones son claves. Elegir lugares alejados de la contaminación lumínica artificial y, sobre todo, en zonas altas, para tener el mejor cielo posible”, recomienda Huerta, quien también organiza talleres y expediciones fotográficas en Perú, Bolivia y Chile.
Más allá de las técnicas: "Poder registrar aquellos cuerpos celestes tan lejanos, tan misteriosos y tan llenos de incógnitas, hace que uno se sienta más cerca del universo”, reflexiona Huerta.