"El amor al fútbol es lo que permite a la FIFA ser corrupta"
25 de junio de 2015Luego del arresto en Zúrich de los funcionarios del fútbol acusados de corrupción en Estados Unidos el público esperaba un cambio profundo en la FIFA, algo que todavía no ocurre. Deutsche Welle conversó al respecto con uno de los mayores expertos internacionales en el tema, el profesor de la Universidad de Michigan Andrei Markovits.
DW: Señor Markovitz, tras las detenciones de hace un mes en Zúrich el escándalo de la FIFA parece haberse calmado. ¿Es que solo eran corruptos los funcionarios arrestados de la Conmebol y la Concacaf?
Andrei Markovits: ¡En la FIFA todos son corruptos! Las mismas estructuras de la FIFA generan corrupción, su monopolio en el fútbol invita a los funcionarios a ser corruptos. Tenga la seguridad de que esto no ha terminado, las investigaciones apenas empiezan y sin duda vendrán más revelaciones y detenciones.
Entre tanto, el fútbol sigue funcionando como antes. ¿Por qué?
El fútbol, más que un deporte, es un patrimonio cultural de la humanidad .No importa lo que haga la FIFA, o qué tan corrupta sea como organización, la gente seguirá amando el juego, seguirá entusiasmándose con lo que pasa en la cancha, y seguirá admirando a los jugadores. Esa circunstancia, el amor del aficionado al fútbol, es lo que le permite a la FIFA ser corrupta.
¿Entonces los aficionados tienen parte de la culpa de que exista un sistema corrupto en el fútbol?
Pero solo de manera colateral. Los aficionados aman este deporte, y toleran lo que pasa fuera de la cancha porque lo que a ellos les interesa es el juego, no el negocio.
¿Pero el fútbol no es en primera línea un negocio?
Cierto, pero al aficionado lo que lo mueve es la emoción de ganar o perder, y todos quieren ganar. Veamos el caso de Arturo Vidal en la Copa América. Lo normal es que cualquier otro ciudadano termine en la cárcel por conducir alcoholizado, pero todo Chile ve en ese jugador la posibilidad de ganar un torneo, y por eso lo trata diferente. El fútbol tiene una doble moral.
¿Y no deberían los aficionados asumir su responsabilidad en todo este sistema de corrupción?
Quizás sí, porque siendo sinceros, a usted le cabría toda la razón si decide señalarme con el dedo como cómplice de corrupción por apoyar un sistema corrupto cada vez que veo un partido de fútbol. ¿Pero qué más da? Yo, como el resto de los aficionados, seguiré viendo fútbol, divirtiéndome con ese deporte que tanto nos gusta, aunque genere corrupción.
¿No es eso legitimar la corrupción en la FIFA?
Esa corrupción es el resultado de la falta de alternativas a la FIFA, cuyo poder radica en gran parte en la importancia de las selecciones nacionales. El día que las grandes estrellas como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo decidan que les basta jugar con sus clubes, y no para sus países, la FIFA perderá su monopolio y tendrá que aceptar reglas de juego diferentes.
Alemania ha propuesto un plan de reforma de la FIFA que contempla 10 puntos. ¿Cómo le parece la idea?
El plan de Alemania contiene casi todos los puntos que son importantes para acabar con la corrupción: transparencia, límite a los periodos del presidente y funcionarios, un examen de integridad, control a las finanzas… Aún así, hay otros aspectos de su propuesta que van a encontrar resistencia, como el del fin del principio de “un país, un voto”. Los alemanes tienen razón en que ese mecanismo no refleja el verdadero balance de poderes en el fútbol, pero con ese mecanismo se sostiene el sistema corrupto de la FIFA.
¿Se ha propuesto Alemania una tarea demasiado difícil?
Alemania no va a lograr sola generar todos los cambios que la FIFA necesita. Los alemanes deben buscar el apoyo de otras federaciones fuertes como la inglesa, e influyentes como las de Sudamérica. Con alianzas y negociaciones es posible sacar adelante la reforma.
¿Y si las iniciativas de reforma de la FIFA fallan?
Entonces la UEFA podría independizarse, al fin y al cabo en Europa es donde las ligas tienen el mejor fútbol, y el mejor modelo de negocio. En el Viejo Continente es donde juegan las estrellas de todo el resto de mundo, allí es donde el fútbol funciona. Aún así, yo no creo que la UEFA llegue tan lejos, una separación de la FIFA es un paso demasiado drástico para Europa, que tiene el poder pero le falta el coraje.
¿Y qué pasará entretanto con el fútbol?
¡Nada! El fútbol que se juega en los estadios, no tiene nada que ver con lo que sucede en los despachos. El público seguirá asistiendo a los partidos, los aficionados seguirán apoyando a sus clubes. Lo que suceda con la FIFA no va a tener ningún efecto sobre el consumo del fútbol. Los hinchas sufrirán y gozarán con cada gol, independientemente de la honestidad o la corrupción de los funcionarios.