El acercamiento entre Irán y Arabia Saudí suscita esperanzas
15 de marzo de 2023La noticia sorprendió a muchos observadores: tras años de rivalidad y enfrentamiento, Irán y Arabia Saudí quieren reorganizar su relación. El acercamiento entre ambos países suscita expectativas de mayores repercusiones regionales e internacionales. Al fin y al cabo, han estado o están enfrentados en varios frentes, al menos indirectamente y, a veces, en forma de guerras subsidiarias.
Durante años, ambos países han apoyado a partes enfrentadas en Siria y siguen haciéndolo todavía hoy en Yemen. En Irak, Líbano y Bahréin, están implicados en conflictos y compiten por la influencia, que Irán intenta ejercer a través de las minorías chiíes y sus organizaciones y partidos.
Un nuevo capítulo
Pero ahora, esta situación parece haber llegado a su fin. Con el anuncio de que Arabia Saudita e Irán reanudarán sus relaciones diplomáticas, los dos principales adversarios del Golfo parecen querer abrir un nuevo capítulo en su tensa relación. Ambos tienen motivos para hacerlo, pues es evidente que las disputas entre las potencias regionales rivales les están perjudicando más que beneficiando, tanto política como económicamente.
Obviamente, esta conclusión no es nueva para ninguna de las partes. Sebastian Sons, experto en Arabia Saudí del think tank Carpo, con sede en Bonn, recuerda que los representantes de Teherán y Riad ya llevaban dos años negociando entre bastidores.
Es cierto que la desconfianza del reino saudí hacia Irán sigue siendo muy grande. "Pero esto es precisamente lo que empuja a los dirigentes del Estado a llegar a un acuerdo con Teherán. Un acuerdo es la máxima prioridad para el Reino", explica Sons a DW.
Teherán parece tener una opinión similar. El acuerdo es, sin duda, "un éxito" para la diplomacia de la República Islámica de Irán, afirma Marcus Schneider, director del proyecto regional para la paz y la seguridad en Oriente Medio de la fundación Friedrich-Ebert-Stiftung en Beirut, en entrevista con DW. "Es un paso fuera del aislamiento internacional para el régimen en un momento en que las relaciones con Occidente están cayendo de un punto bajo a otro.
Declive de la influencia de EE.UU.
El régimen de Teherán ha apaciguado ahora esta situación, al menos en parte. También ayuda el hecho de que las negociaciones fueran moderadas por China, en un momento en que las relaciones de Pekín con toda una serie de gobiernos occidentales están sometidas a considerables tensiones: por el supuesto espionaje, por las amenazas contra Taiwán, por su proximidad a la beligerante Rusia.
Gracias al acercamiento entre Arabia Saudita e Irán, "China se ha establecido como gran potencia mediadora en Oriente Próximo", afirma Schneider. "Sirve así a los intereses de Teherán de expulsar a Estados Unidos de la región o, al menos, de reducir su influencia".
Arabia Saudí, por su parte, está enproceso de reorientarse internacionalmente. Cuando las instalaciones de la industria petrolera saudí fueron alcanzadas por varios supuestos misiles iraníes en 2019, Estados Unidos, tradicionalmente la potencia protectora de Riad, mostró cautela. Esto también se debe a que Riad lidera una coalición de Estados, predominantemente árabes, que luchan en la guerra de Yemen, y esto cae muy mal en la élite política de Washington. La moderación de Estados Unidos, así como las críticas a las violaciones saudíes de los derechos humanos expresadas allí en repetidas ocasiones, incitaron a su vez a Riad a reconsiderar, al menos parcialmente, su relación con su antiguo socio americano.
Mala noticia para los derechos humanos
Puede que sirva para apaciguar conflictos o evitar enfrentamientos militares regionales, pero el acercamiento entre Arabia Saudí e Irán no augura nada bueno para los derechos humanos en la región.
Irán tiene un historial desastroso en este sentido, como demuestra el trato brutal que los dirigentes del Estado han dado al movimiento de protesta en los últimos meses. Arabia Saudí también viola regularmente los derechos humanos. El asesinato del crítico del régimen Jamal Khashoggi en Estambul, en octubre de 2018, causó horror en todo el mundo.
Ahora no solo Irán, sino también Arabia Saudí han aceptado como mediador a China, un país que a su vez ocupa repetidamente los titulares internacionales con violaciones de los derechos humanos. Por lo tanto, las cuestiones de derechos humanos "definitivamente, no desempeñarán un papel" en el nuevo acercamiento, augura el experto en la región del Golfo Sebastian Sons.
(gg/ms)