Egipto: tres periodistas de Al Jazeera condenados a prisión
23 de junio de 2014Tres periodistas del canal de televisión Al Jazeera, el reportero australiano Peter Greste y otros dos colegas (un egipcio y un egipcio-canadiense), fueron encontrados culpables de haber manipulado la información y colaborado con la organización Hermanos Musulmanes, además de distorsionar la imagen de Egipto en el extranjero, según el juez.
Greste, antiguo corresponsal de la BBC, el jefe de la oficina de Al Yazeera Internacional en El Cairo, Mohamed Fahrmy, y Baher Mahmud alegaron que solo hacían su trabajo como periodistas.
En total, 20 personas estaban acusadas en el proceso, entre ellas tres estudiantes egipcios y otros periodistas, quienes recibieron condenas de siete años de cárcel, a pesar de haber asegurado no tener nada que ver con Al Yazeera y también haber denunciado maltratos en custodia policial.
Igualmente fueron condenados en ausencia, a diez años de prisión, dos periodistas británicos que trabajaban en Al Yazeera y un periodista de la radio alemana, mientras que otros dos estudiantes, entre ellos el hijo de Mohamed al Beltagi -miembro de alto rango de los Hermanos Musulmanes- fueron absueltos. Algunos de los acusados llevaban en prisión preventiva desde diciembre de 2013, cuando fueron detenidos.
Caso provoca indignación internacional
Grupos defensores de los derechos humanos como Amnistía Internacional y el Comité para la Protección de Periodistas habían pedido la puesta en libertad de los informadores. Por otro lado, AL Yazeera había dicho que los cargos carecían de base y los tildó de "inaceptables y totalmente injustificados", al tiempo que describió los procesos como un "juicio contra el periodismo en sí mismo".
Durante el juicio la fiscalía no logró presentar pruebas concretas de la cobertura distorsionada de la que eran acusados. "La defensa hizo un buen trabajo para defender su inocencia", dijo a la agencia dpa Mohamed Lufty, un abogado que acudió a las vistas en nombre de Amnistía Internacional.
El caso, que provocó amplia indignación internacional, ha despertado dudas sobre el respeto del nuevo gobierno egipcio a la libertad de expresión de los medios de comunicación.
AVR (dpa, dlf)