EEUU-Rusia: la guerra fría sigue vigente
6 de noviembre de 2008
El primer discurso sobre el estado de la nación que pronunció el presidente ruso Dmitri Medvedev ante la Duma (parlamento ruso), coincidió con el momento en el que el mundo reaccionaba a la victoria de Barack Obama en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos. La noticia conmovió al mundo. Kenia, de donde proviene el padre de Obama, declaró el 4 de noviembre fiesta nacional, el presidente venezolano Hugo Chávez propuso a Obama renovar las relaciones bilaterales y el diario de mayor circulación británico calificó la elección del primer presidente negro en EEUU como “Un gran paso de la humanidad”.
A la ola de admiración que despertó la noticia en todo el mundo se opuso la fría reacción al triunfo de Obama y abierta provocación de Moscú.
Medvedev manifestó escuetamente el deseo de una mejoría en las relaciones entre EEUU y Rusia. No felicitó a Obama pero sí anunció que su país desplegaría misiles Iskander en Kaliningrado, un enclave ruso entre Polonia y Lituania, en respuesta al escudo antimisiles de Estados Unidos.
Falsa señal en el momento equivocado
El ministro alemán del exterior condenó las declaraciones del presidente ruso calificándolas como "una falsa señal en el momento equivocado”. Steinmeier exhortó a Moscú a buscar el diálogo con Washington. “Rusia tiene que entender que nos encontramos en estos días en un momento de cambio, que ofrece una verdadera oportunidad para refundar las relaciones entre Rusia y EEUU”, dijo Steinmeier.
“Las relaciones bilaterales entre Rusia y EEUU son de confrontación”, afirma el experto en Rusia de la Sociedad Alemana para la Política Exterior, Stefan Meister, en conversación con DW-WORLD.
“Bush deja una herencia negativa en las relaciones bilaterales, resultado sobre todo de los últimos años de su administración"m, asegura el experto. Estas no mejoraron pese a que la secretaria de Estado, Condoleeza Rice, es una especialista en Rusia, pero claramente marcada por la Guerra Fría. "No fue ninguna política hábil, Washington acabó aislando a Rusia en la región y eso fue un desacierto”, afirma el investigador.
Se espera tono de reconciliación
La política hacia Rusia del próximo presidente de EEUU sigue siendo una interrogante, pero expertos esperan de él un tono de reconciliación, después de que el candidato republicano, John McCain, la humillara amenazando incluso con expulsarla del G-8 (El grupo de los siete países mas industrializados y Rusia).
“Las declaraciones del presidente ruso son una provocación, pero al mismo tiempo reflejan una continuidad en la política de enfrentamiento entre Washington y Moscú. Medvedev no reconoció la posibilidad de un nuevo comienzo, pero eso tiene que ver con que su mensaje está dirigido a la población rusa. Tiene menos que ver con Obama y más con el clásico papel de adversario que juega EEUU para Rusia”, asegura Meister.
El investigador considera que Alemania, principal socio de Rusia en Europa, es considerado en Moscú como un aliado importante, al que se le escucha. “Steinmeier es uno de los políticos alemanes que ha puesto un acento en la política de cooperación con Rusia, más que la canciller Angela Merkel. Esta fuerte crítica de Steinmeier hacia Rusia será tomada en cuenta en Moscú”, advierte el analista.
EEUU: el eterno adversario
El experto recuerda que Rusia sigue teniendo ese viejo cliché de Estados Unidos como el eterno adversario y a menudo malinterpreta todo lo que hace EEUU y Occidente como amenazas e intentos por provocarle daño. “Los estadounidenses tuvieron algo de responsabilidad en la guerra en Georgia y por supuesto en las turbulencias financieras, pero los bancos rusos necesitan reformas”, señala.
Meister advierte que si el Estado ruso no hubiera puesto a disposición un fondo de estabilidad de 100.000 millones de dólares, Rusia estaría sumida ahora en graves dificultades.
Muy pronto se verán frente a frente Obama y Medvedev: en el marco de la cumbre del G-20 en Washington el próximo 15 de noviembre. Al encuentro acudirán, además de los líderes de los países emergentes e industrializados, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, Joaquín Almnunia, el director del FMI, Dominique Straus-Kahn y el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick.