EEUU llegará con las manos vacías a la cumbre de Cancún
26 de noviembre de 2010Tras la derrota electoral demócrata, a finales de noviembre, el presidente Barack Obama reconoció que será difícil que el Congreso apruebe una nueva ley de protección del clima. Para muchos republicanos recién electos el cambio climático no existe, o por lo menos no representa ninguna amenaza. Incluso hay escepticismo entre algunos demócratas, que temen consecuencias negativas para la economía como precios más altos de energía y un mayor desempleo.
Barack Obama, que declaró la política climática como una de las prioridades de su Gobierno, negó tras la derrota electoral que haya claudicado en este punto y dijo que todavía es posible avanzar. “El comercio de emisiones es un paso más, no es el único”, dijo y aclaró que buscará otros recursos para avanzar.
Promesas de Copenhague
En la última cumbre de Copenhague, Barack Obama prometió que las emisiones de dióxido de carbono de Estados Unidos, la segunda mayor potencia contaminante del mundo, serían reducidas en un 17 por ciento hasta el 2020, en comparación con los niveles de 2005. De hecho las autoridades estadounidenses ya han establecido nuevas regulaciones que entrarán en vigencia el año próximo, que los republicanos intentan boicotear. Pero incluso si lograran, con la ayuda de algunos votos demócratas, adoptar una iniciativa de ley, ésta tendría que ser firmada por el presidente.
Eso no sucederá, afirma Todd Stern, nuevo enviado especial para la lucha contra el cambio climático. “El presidente ha destacado que mantiene su promesa y mantendrá en Cancún su promesa de Copenhague”. El presidente Obama espera encontrar pequeñas afinidades con los republicanos. Nick Loris, experto energético de la Fundación Heritage, un think tank conservador, lo considera plausible. “Si se mira la política bajo el presidente Bush, también aprobó dos leyes energéticas, en 2005 y en 2007”.
Leyes del mercado
Pero Loris, como muchos otros republicanos, piensa que la generación de energía debiera dejarse a las leyes del mercado y prescindir de los subsidios. Sin embargo, incluso entre las filas republicanas hay apoyo a un uso energético más eficiente, así como el otorgar ventajas fiscales para promover la energía eólica, solar y atómica.
Algunos estados como California han adoptado lineamientos más rigurosos de emisiones y acaba de presentar una ley que regula el comercio de emisiones. El modelo californiano se inspira en ejemplos europeos para otorgar incentivos a las empresas que tengan un consumo energético más eficiente e incentivar aquellas que utilicen energías renovables.
California ocupa a nivel mundial el octavo puesto por su fuerza económica y el asesor climático de Obama reconoce que los Estados siempre han jugado un papel precursor en la política climática. El funcionario se muestra complacido por que los californianos hayan refrendado las leyes sobre calentamiento global en una consulta popular realizada a principios de noviembre.
Kyle Ash, experto climático de Greenpeace, afirma que Obama podría tener suficiente autoridad jurídica para comprometer a Estados Unidos a los objetivos de reducción que se adopten en Cancún. “Incluso podría comprometer fondos financieros destinados a largo plazo que no necesitan la aprobación inmediata del Congreso”. Ash reconoce que muchas organizaciones medioambientales han presionado en vano para que Obama adopte un papel de liderazgo.
Sin embargo, el experto especula que tras el descalabro electoral tal vez muestre más liderazgo. “Si hay un ámbito que es importante, con repercusiones en la política exterior e interior, es la política climática”.
Autora: Christina Bergmann/ Eva Usi
Editor: Enrique López