EE.UU.: "La gran mayoría quiere limitar la venta de armas"
22 de febrero de 2018Deutsche Welle: En su encuentro con los estudiantes tras la masacre de Parkland, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consideró la posibilidad de equipar al profesorado con armas. Su argumentación: si los autores de los atentados supieran que hay profesores armados en las escuelas, estas no serían más el objetivo de ataques homicidas. ¿Es esta la expresión de un país obsesionado con las armas?
Tyson Barker: No todos los estadounidenses están obsesionados con las armas. Lo interesante es que la inmensa mayoría de la población quiere que se limite la venta y el uso de armas. Las encuestas actuales arrojan que el 70% cree que nuestra relación con las armas es destructiva y no es saludable para la nación. Pero lo singular en Estados Unidos es que el 30% que está a favor del acceso sin límite a las armas cuenta con el apoyo de la Constitución del país y participa en las elecciones solo por ese motivo.
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¿Cuál es la mentalidad tras esa actitud ante las armas de fuego?
No tiene que ver con cordura, sino con convicción. Es una cuestión cultural de una minoría con una postura contraria a la autoridad estatal. Estos ciudadanos estadounidenses creen que el Gobierno no los protege, sino que ellos tienen que protegerse ante el Gobierno. Este "movimiento libertario" piensa que no debe existir ni un Estado ni un Gobierno.
El Estado y el Gobierno son sinónimos de tiranía para ellos. Quieren proteger su soberanía en casa con un arma. Es la idea fundamental de libertad en Estados Unidos. Quizá suene conspirativo, pero es una creencia arraigada. El derecho a las armas es sagrado.
Si se trata de una minoría, ¿estamos los críticos europeos exagerando al ver a Estados Unidos bajo el cliché de una nación con "cowboys" armados?
No. Esa es la "mentalidad del lejano oeste”, sobre todo, en las zonas rurales. Desde hace siglos, no ha existido para ellos la constitucionalidad. La única vía para mantener el orden es a través de la violencia y usar las armas contra animales, criminales y nativos. Se puede ver en las antiguas películas del oeste. Todos tienen armas, no solo los malos. También los buenos las poseen, para poder defenderse. Y esa forma de ver el mundo se ha trasladado al debate de las armas de fuego y quizá también, como anunció Trump, a las escuelas. Aunque no creo que esto suceda.
Parece que la gente se ha acostumbrado a que suceda en el país algo así cada par de meses en cines, escuelas, universidades, iglesias o en el ámbito familiar. ¿Cómo repercute ese miedo omnipresente en la sociedad por el hecho de poder ser víctima de una masacre así?
El miedo aumenta en la población. Se puede ver que estos casos son cada vez más frecuentes. La cuestión es cuándo se producirá el cambio y el 70% de los que quieren en realidad limitar el uso y la venta de armas dirán que ya basta y que irán a votar sobre el tema. La participación electoral es un gran reto para Estados Unidos.
Mientras esa mayoría no vaya a las urnas, esa pequeña pero vigorosa minoría seguirá en el poder.
Mientras en Alemania, los niños no juegan con armas de juguete, en Estados Unidos parece ser normal que los niños vayan al campo de tiro o se les compre pistolas de plástico. ¿Cómo debe funcionar el cambio cultural si esta actitud se hereda de generación a generación?
En los años 80 del siglo XX, la NRA, (Asociación Nacional del Rifle), propagó un lema: "Las armas no matan a la gente. La gente mata a la gente”. Todos los niños a partir de los cuatro años conocían ese lema y tenían un arma de juguete. Pero la situación está cambiando. Hay escuelas en el país, donde se ha prohibido llevar armas de juguete a clase. Es un buen comienzo. La imagen que se tiene de las armas está cambiando, pero llevará su tiempo.
¿Cómo se puede llegar y movilizar a la mayoría silenciosa?
El momento adecuado es muy importante. Las escuelas deben tratar el tema. El movimiento de apoyo a los escolares debe continuar. Los líderes de opinión y políticos deben actuar ahora. Si ya dudan en aumentar la edad a los 21 años, en llevar a cabo la prohibición de determinadas armas o realizar controles más exhaustivos de antecedentes penales, no lo harán nunca. Actuar en el momento adecuado es lo más importante. Si no, llegaremos a la misma situación tras Sandy Hook, Orlando, Las Vegas y otros ataques homicidas.
El politólogo estadounidense Tyson Baker es el director del programa del Aspen Institute en Berlín. Trabajó como asesor de política exterior durante la campaña de las elecciones estadounidenses de la candidata demócrata Hillary Clinton.
Sabrina Müller-Plotnikow (RMR/ER)
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