EE.UU.: De víctima a agresor
11 de septiembre de 2006Süddeutsche Zeitung, de Múnich: La reacción de Estados Unidos al 11 de septiembre fue, en muchos puntos, correcta y necesaria. Los talibanes tenían que ser derrocados, los ciudadanos tienen derecho a una mejor protección. Sin embargo, en la cuestión medular, el gobierno de Bush ha fracasado: ha perdido la batalla por el corazón y la cabeza de la gente; pese a ser víctima del terrorismo, es visto como agresor, porque vulnera e ignora el derecho, escenificó una guerra y mintió, porque -en resumen- dejó de lado aquello que se trataba de defender. Bush ya no podrá hacer nada. El cambio de mentalidad quedará reservado para el próximo presidente. Si lo lleva a cabo sería un logro histórico",
Cambio de perspectiva
The Times, de Londres: "Sin duda, la perspectiva del 11 de septiembre se ha modificado. Directamente tras el hecho, Estados Unidos fue visto unánimemente como víctima. En consecuencia, el primer aniversario fue motivo de unidad. Ese ya no es hoy el caso. En Estados Unidos y en otros lugares se tributa respeto a los muertos y, al mismo tiempo, impera la amargura entre los vivos. Al margen de las teorías conspirativas se sostiene superficialmente que los muertos del 11 de septiembre son explotados en forma cínica por un gobierno que quería librarse de Saddam Hussein en Irak y de pronto encontró el pretexto deseado para ello. Todo esto no puede disculpar los errores cometidos en los pasados cinco años. Los objetivos e ideales estadounidenses eran honorables, pero a menudo estuvieron mal articulados y la política con respecto a Irak fue en parte vergonzosamente inadecuada, lo que perjudicó mucho la fama de Estados Unidos de poder lograr sus objetivos en la arena global".
Un mundo más inseguro
El País, de Madrid: "Los neoconservadores criticaron a Clinton durante su presidencia por no aprovecharla para situar a Estados Unidos en el centro de un mundo unipolar tras el fin de la guerra fría. (...) El brutal atentado del 11-S, del que hoy se cumplen cinco años, tomó por sorpresa a Bush y su Administración, pero inmediatamente lo aprovecharon para imponer su propia agenda neocon, mediante la acción unilateral, el abandono de la diplomacia en favor de la presión militar, la erosión de las libertades públicas y la expansión de los poderes presidenciales. El resultado, un lustro más tarde, es un mundo más peligroso. Se ha producido una invasión comprensible pero chapucera de Afganistán -de la que ahora se están pagando los resultados- y una guerra injustificada y equivocada en Irak, de donde Estados Unidos no sabe ni cómo irse ni cómo quedarse, y que ha convertido al país árabe en escuela de yihadistas y en escenario de una guerra civil entre suníes y chiíes. Pero lo peor de todo es que los métodos de los terroristas han contaminado y erosionado la moral de las democracias que les combaten, empezando por Estados Unidos.
El enemigo existe
Le Figaro, de París: "El siglo XXI comenzó con los espectaculares atentados del 11 de septiembre del 2001. En Europa, y desde hace poco en Estados Unidos, algunos consideran que la respuesta al terrorismo es más peligrosa que el propio terrorismo. Pero aquellos que preferirían al ex dictador del Bagdad al actual inquilino de la Casa Blanca hacen recordar a los que otrora se resistían a reconocer las atrocidades del totalitarismo rojo. También ellos engañaron a la opinión pública. Los atentados de Bali, Madrid, Londres y Casa Blanca también habrían tenido lugar sin los errores de Bush. El enemigo existe. El error fue haberle ayudado y alentado aún antes de que el actual presidente estadounidense entrara al escenario. La solución para evitar la propagación del fundamentalismo no puede ser global. Pero la guerra contra el terrorismo debe ser incondicional y total."
El silencio de Bush
La Repubblica, de Roma: "No hubo discursos, sólo una corona de flores y una misa para honrar a los muertos en Manhattan. George W. Bush optó por el silencio en el aniversario más triste de Estados Unidos. En los días pasados habló mucho, defendió una vez más todas las decisiones que ha tomado y subrayó que, tras cinco años de guerra contra el terrorismo, 'Estados Unidos es un lugar más seguro, aunque todavía no del todo seguro'. En el día en que el presidente guardó silenco, Estados Unidos se plantea una vez más interrogantes sobre el terrorismo, la guerra contra Irak, sus enemigos y la forma de combatirlos. Pero las emociones de los primeros aniversarios se dejan ahora de lado, las preguntas se formulan de manera más racional y analítica y las miradas se vuelven hacia una campaña electoral que de seguro será en extremo acalorada en sus últimos dos meses."