EE.UU.: condecoración para Merkel
6 de junio de 2011El presidente estadounidense Barack Obama entregará el martes (7.06.2011) la “Presidential Medal of Freedom” a la canciller alemana Angela Merkel, durante su visita a Washington. La medalla, que pende de una cinta azul, tiene la forma de una estrella de cinco puntas, enmarcada por águilas dorados. Su entrega representará el punto culminante de un banquete estatal festivo, del cual participarán también cinco ministros del gabinete federal alemán, así como el marido de Angela Merkel.
La ‘medalla presidencial de la libertad' es la máxima condecoración civil de los Estados Unidos y es concedida solamente a quienes han trabajado de manera destacada por EE.UU. o por la paz en el mundo. La cancillería alemana se mostró satisfecha al saber que la visita de la delegación alemana será tratada con el protocolo de una visita oficial, aún cuando la jefa de Gobierno no sea la jefa de Estado.
Reconocimiento añorado
Honores y saludos militares, así como el banquete oficial con 250 comensales en el Rose Garden de la Casa Blanca, simbolizan la atención que la diplomacia alemana anhelaba en estos días más que nunca. El Gobierno estadounidense se había mostrado irritado por la sorpresiva abstención de Alemania en la votación sobre Libia, en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En la percepción estadounidense fueron Gran Bretaña y Francia quienes pasaron a primer plano, por actuar más decididamente, mientras que la dubitativa Alemania quedó relegada a un segundo plano en la diplomacia internacional. El Gobierno estadounidense elogió a Alemania meramente por sus propuestas de solución para la Guerra Civil de Transnistria.
Ya incluso antes de la controvertida votación respecto a Libia las relaciones entre Berlín y Washington parecían sólidas, pero poco dinámicas. Dos años y medio luego haber asumido el poder, los viajes de Obama aún no lo han llevado a Berlín. El Gobierno federal, frustrado, observaba que en sus viajes europeos el presidente estadounidense solía evitar la capital alemana. A esta altura los viajes de Barack Obama a Dresde y Baden-Baden ya no sirven de consuelo. Es de esperarse entonces que, cuando se encuentren en Washington, Merkel invite a Obama a Berlín y que éste acceda a realizar la tan ansiada visita en un futuro no tan lejano.
Hay mucho de qué hablar
Más allá de todos los honores protocolares, lo fundamental para la canciller es que Obama se va a tomar mucho tiempo para conversar con ella durante los dos días de su visita. Después de todo, ambos tienen mucho de qué hablar: la situación en el mundo árabe, en Afganistán y en Cercano Oriente, así como la crisis del euro, la política energética y la colaboración económica entre EE.UU. y Europa.
Merkel viaja con cinco ministros de su gabinete a EE.UU., para poder cubrir así un amplio espectro de temas. También del lado estadounidense se contará con la participación de importantes miembros del Gobierno, como el vicepresidente Joe Biden o la ministra del Exterior, Hillary Clinton, además de otros ministros. En la Cancillería alemana incluso se equipara el encuentro con una consulta gubernamental. Pero ciertamente, en esta ocasión el deseo alemán de obtener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU no será proclamado a viva voz por Angela Merkel.
Autora: Nina Werkhäuser / Valeria Risi
Editora: Emilia Rojas-Sasse