Economía alemana: buenas palabras, malos datos
14 de enero de 2009En su alocución ante el Bundestag, el Parlamento Alemán, la canciller alemana Angela Merkel defendió el segundo paquete económico de su Gobierno de coalición calificándolo de “un impulso de modernización” para el país. Su lema es, a todas luces, que Alemania saldrá fortalecida de esta dura etapa por la que atraviesa el mundo entero; tanto el gobierno federal como los Estados federados trabajarán hombro con hombro para asegurar los puestos de trabajo, para tomar las medidas estabilizadoras necesarias en 2009, para procurarle impulsos al producto interno bruto en un lapso de dos años.
“Tenemos ante nosotros un año difícil”, aseveraba la canciller de la coalición mientras arengaba al optimismo. Al mismo tiempo, datos económicos nada alegres coincidían en los medios alemanes.
Reducción en el crecimiento
Por un lado el informe de la Oficina Federal de Estadísticas se hacía público en Fráncfort del Meno. El crecimiento de la economía alemana se vio debilitado el año anterior debido a la crisis financiera mundial; aumentó sólo un 1,3% en relación al año anterior. Éste ha sido el crecimiento más bajo desde el año 2004 (1,2%). En 2007 la economía alemana creció en un 2,5%; en 2006 el crecimiento había alcanzado un 3,0%.
Peor aún es el pronóstico para 2009: los expertos de la Oficina de Estadísticas cuentan con un retroceso del PIB, lo cual significaría una recesión a lo largo de todo el año. Además, el paquete de medidas aprobado disparará el endeudamiento del fisco, con lo cual el déficit presupuestario superará el 4% del PIB en 2010. El Pacto de Estabilidad de Unión Europea será, inevitablemente, incumplido. Esto fue anunciado ya por el propio ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, en una entrevista concedida al diario Süddeutsche Zeitung.
A esta perspectiva económica nada halagüeña para Alemania, se suma el pronóstico de crecimiento para la zona euro, publicado en París por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico: con una recesión clara en los primeros seis meses, para el año en curso la organización cuenta con un decrecimiento del 0,6.
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Aprietos bancarios por todos lados
El anuncio, por otro lado, de que el Deutsche Bank, el mayor banco de Alemania, registró en el último trimestre de 2008 fuertes pérdidas, de hasta 4.800 millones de euros, hace patente que la crisis se ha implantado en el país. El primer banco alemán había registrado en 2007 un beneficio récord de 6.500 millones de euros.
Por otro lado, Deutsche Bank acordó con la empresa postal Deutsche Post un nuevo modelo para poder financiar la adquisición de Postbank. Deutsche Post entrará en Deutsche Bank con una participación de casi un diez por ciento, con lo que el primer banco del país podrá disponer del capital necesario para realizar la anunciada adquisición del banco alemán con mayor número de clientes: el Postbank. El Estado alemán se involucra indirectamente en esta acción, pues es el mayor accionista de los correos alemanes, Deutsche Post, que fuera uno de los grandes monopolios estatales.
El gobierna alemán sopesa también la nacionalización parcial del banco Hypo Real Estate, uno de los más afectados por la crisis financiera internacional, informan agencias. Para evitar el colapso, el banco ha recibido garantías bancarias por parte del Estado que rondan los 30.000 millones de euros. Asumir el 25% de las acciones del banco es ahora la opción a estudiar. Ya al Commerzbank, otro banco seriamente afectado, el Estado alemán inyectó unos 10.000 millones de euros del Fondo de Estabilización de los Mercados Financieros.
Negras perspectivas
Los indicadores económicos publicados confirman una perspectiva sumida en la crisis: el volumen de pedidos de la industria alemana ha bajado en un 27,2% en comparación al mes anterior, lo que representa el peor retroceso desde la reunificación alemana en 1990. Las exportaciones también han bajado en un 10,6% y el ramo de servicios experimenta por octavo mes consecutivo un retroceso en su cartera de pedidos… Así los datos que iban apareciendo en los medios, mientras la canciller reconocía que Alemania no podía aislarse de la crisis global. Las buenas palabras de Merkel suenan entonces a un conjuro mágico: “Alemania está sana y es fuerte, en su núcleo”.