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La oposición georgiana acusa a Rusia de orquestar una “guerra híbrida” y una “operación especial” para sabotear sus elecciones. También Moldavia denuncia que Moscú está financiando la compra de votos contra la política proeuropeísta del actual gobierno. El objetivo del Kremlin, según las acusaciones, es impedir a toda costa que estas dos exrepúblicas soviéticas se acerquen a la Unión Europea y Occidente. Y mantener a Georgia y Moldavia como Estados vasallos en la esfera de influencia rusa.