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Durao Barroso: Tratado de reforma aumentará legitimidad de UE

Helena de Gouveia (ERS)31 de agosto de 2007

En entrevista exclusiva con DW-Radio, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, habló de las metas de la presidencia portuguesa de la UE y del proceso post-Kyoto.

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Presidente de la Comisión Europea es optimista con respecto a las metas de la presidencia portuguesa de la UE.Imagen: AP

DW-Radio: La presidencia europea de la Unión Europea heredó de la presidencia alemana un mandato para concluir un tratado de reforma. En su opinión ¿tendremos en octubre un tratado de Lisboa, después de la clara decisión adoptada en la última cumbre europea?

Durao Barroso: Están dadas todas las condiciones para eso. Hay un mandato muy preciso. Fue un gran trabajo -tenemos que reconocerlo- el efectuado por la presidencia alemana y Angela Merkel. Si todos los gobiernos son leales y respetan la palabra que dieron, con certeza tendremos las condiciones para un acuerdo político en el Consejo Europeo de octubre y para que el tratado sea firmado en Lisboa hasta fines del año.

¿Siendo un mandato extremadamente detallado, qué margen de maniobra le queda a la presidencia portuguesa y cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta?

Pienso que la presidencia portuguesa está interesada en que se respete el carácter detallado y minucioso del mandato, para que no se reabran cuestiones que ya han sido políticamente resueltas. Es un trabajo importante, en gran parte también técnico y jurídico, aunque la experiencia demuestra que estas cuestiones, cuando se discuten jurídicamente, a veces adquieren también dimensiones políticas.

Lo que se espera de la presidencia portuguesa es que utilice aquello que es tradicional en su diplomacia, que es su sentido de equilibrio, la voluntad de compromiso, la honestidad en procura de soluciones consensuadas. La Comisión Europea apoya los esfuerzos de la presidencia para que este acuerdo sea alcanzado lo más rápidamente posible.

La ex secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright dijo una vez que para comprender a la Unión Europea hay que ser un genio o ser francés. La comunicación con el ciudadano es una de las prioridades establecidas por la Comisión para el próximo año y medio. ¿Cómo funcionará esta estrategia de comunicación?

La comunicación debe ser transparente, explicar las cuestiones, inclusive las más complejas. Es verdad que la UE será siempre compleja y tenemos que evitar las simplificaciones. Somos 27 países democráticos, a veces con aspectos muy diferentes. Las decisiones democráticas toman tiempo. También en la Unión Europea. (...) Tenemos que enfrentar eso con naturalidad. Lo que se pide es que haya mecanismos de control democrático, de transparencia. Y el tratado de reforma va a permitir aumentar la transparencia, la responsabilidad de las instituciones y, por lo tanto, también su legitimidad.

Usted dice que la libertad, la seguridad y prosperidad de los europeos dependen de la capacidad de la UE y de sus miembros de influir en el curso de la globalización, promoviendo sus valores y defendiendo sus intereses....

Es verdad que la globalización está ahí. Ella no depende de una decisión de los gobiernos. Tiene mucho que ver con las reformas económicas, con las nuevas tecnologías. Por eso, la pregunta que se plantea a Europa es: ¿vamos a resistirnos a la globalización? ¿O vamos, por el contrario, a tratar de influir en ella con nuestros valores, defendiendo también nuestros intereses? Obviamente, ésa es nuestra perspectiva.

Europa, en su conjunto, es la mayor potencia comercial del mundo. Alemania, por ejemplo es un gran país exportador. Por eso, a veces tengo dificultades para comprender el discurso meramente defensivo, pesimista, de algunos políticos europeos. Lo que debemos transmitir, sobre todo a las nuevas generaciones, es la necesidad de adaptarnos.

El presidente estadounidense convocó a una cumbre en Washington sobre el cambio climático, para reflexionar sobre el período post- Kyoto. A ella fueron invitados los 15 países que más contaminan y representantes de la Comisión Europea. ¿De qué servirá esta cumbre?

Tiene valor por cuanto contribuya al proceso de Naciones Unidas. Este punto es muy importante. Yo mismo discutí con el presidente estadounidense en Heiligendamm, en el encuentro del G-8 organizado por la presidencia alemana. Tuve una conversación muy franca para averiguar si Estados Unidos aceptaba o no que el proceso posterior a Kyoto se desarrolle en el marco de la ONU. El presidente Bush dijo que sí, pero que debería llevarse a cabo un esfuerzo especial de parte de los países más contaminadores. Eso es normal porque, si esos países responsables de cerca del 75% de las emisiones se juntaran, gran parte del trabajo estaría hecho. No vemos obstáculo en esta reunión convocada por el presidente Bush y con certeza participaremos, viéndola como una contribución al proceso multilateral. Las alteraciones climáticas son un desafío global y no tiene sentido dar respuestas parciales.