Dresde: amenazado el patrimonio de la humanidad
11 de junio de 2007
La lista roja de la UNESCO es el estadio previo al destierro del patrimonio cultural de la humanidad. Es la última llamada de atención que lanza la organización internacional antes de proceder a la retirada de títulos.
Las salitreras de Humberstone y Santa Laura en Chile, la reserva de Río Plátano en Honduras, las ruinas de Chan Chan en Perú y el puerto y el centro histórico de Coro en Venezuela, por citar los ejemplos hispanohablantes, comparten puestos en la recopilación que hace la UNESCO de la herencia cultural amenazada. También el valle del Elba en Dresde forma parte del listado de 31 monumentos en peligro. No es la primera ciudad alemana que se ve citada en el incómodo compendio, pero podría ser la primera cuyo reconocimiento pase a la Historia.
Un puente sobre el río Elba
Dresde está considerada una de las ciudades más bellas de Alemania. El valle que forma el río Elba a su paso por esta urbe que en su día perteneciera a la República Democrática Alemana se convirtió en 2004 en región protegida por la UNESCO.
La idea de construir un puente de orilla a orilla del Elba tiene ya más de 10 años: nació en 1996. Los cambios de color político en el ayuntamiento de la ciudad retrasaron los planes urbanísticos hasta que en 2005 y por referéndum popular, dos tercios de los habitantes de Dresde votaron a favor del puente. Por aquel entonces, los ciudadanos desconocían que su decisión llevaba a un conflicto con la UNESCO.
Si la obra se lleva a cabo tal y como está planeada, la UNESCO retirará al valle del Elba su categoría de patrimonio cultural de la humanidad. Los políticos locales, con el alcalde de Dresde, Lutz Vogel, a la cabeza se esfuerzan por buscar alternativas mientras retrasan el comienzo de los trabajos. Por encima de ellos, la clase política a nivel regional quiere el puente y pide que las excavadoras preparen ya el terreno. A dos tribunales ha llevado la ciudad el caso, pero ambos han rechazado la demanda: el pueblo quiso puente y los jueces no creen tener poder para contradecir lo que se aprobó en plebiscito.
¿Importa lo que opine la UNESCO?
830 monumentos en todo el mundo forman la herencia cultural de los seres humanos sobre este planeta. El título de patrimonio de la humanidad va acompañado sobre todo de cierto prestigio y de un gran número de turistas. Pero las condiciones para su conservación son severas. Hasta tal punto, que muchos se preguntan si la UNESCO no exagera.
En 2004, al mismo tiempo en que el valle del Elba pasaba a formar parte de los 830 monumentos gratificados por la mano de la UNESCO, la famosa catedral de Colonia inició un periodo de dos años en la lista roja. Un rascacielos amenazaba con ensombrecer su majestuosidad. Ya entonces había quien predicaba a favor de hacer caso omiso a lo que la UNESCO pensase del citado edificio y su altura.
Sin embargo, muchos temen en Dresde por la imagen de la ciudad si esta llegara a convertirse en la primera en Alemania en ser castigada por la organización, y seguramente la primera en el mundo que acepta pudiendo evitarlo la expulsión del club de la belleza.
Entre el 23 de junio y el uno de julio de 2007 la UNESCO se reúne para decidir qué hacer con los miembros de su lista negra, o roja. Agotada la vía judicial, el ayuntamiento de Dresde ha recibido la orden de hacer entrega inmediata de las licencias de obra. La última maniobra del alcalde Vogel ha sido pedir el diseño de un puente alternativo que pudiera ser del agrado de la organización internacional. Uno de los seis nuevos proyectos arquitectónicos podría salvar al valle del Elba de ser desheredado.