Dos fenómenos de la física cuántica
7 de octubre de 2003Quizás la longevidad de los aspirantes al máximo galardón de la ciencia se debe a que la esperanza de obtenerlo los mantiene vivos. Vitali Ginzburg, de 87 años de edad sigue trabajando en el Instituto de Física de Moscú, pero ya no investiga. El físico de profesión sigue escribiendo artículos científicos y libros, aunque sus contribuciones trascendentales en el campo de la superconductividad datan de los años 50. Ginzburg se mostró agradecido por las felicitaciones de la radio sueca, pero era evidente que ya no esperaba el galardón. "El Premio me sorprende por completo, ¿será verdad?", dijo.
Desde hace 30 años que el nombre de Grinzburg se barajaba como posible candidato al premio, por lo que el físico ya se había resignado a que no obtendría jamás la máxima distinción. Ello explica la gran emoción al enterarse de la noticia y pese a su avanzada edad, ha prometido que viajará a Estocolmo para recibir el premio en diciembre, de manos del monarca sueco. ¿Que si seguirá con salud hasta entonces? Eso lo sabe sólo Dios y no podrá preguntárselo pues es ateo.
Esperaba en vano cada año
Su colega Alexei Abrikosov, de 75 años, es ruso de nacimiento pero vive desde hace décadas en Estados Unidos. El también reaccionó con sorpresa al enterarse de su nombramiento. "¿Que como me siento? - dijo a periodistas- a decir verdad, me siento aliviado. Esperaba cada año el premio y siempre distinguían a otra persona. Ambos científicos provienen de la antigua Unión Soviética. Durante décadas fueron ignorados los trabajos de científicos sobresalientes o eran desconocidos por Occidente, hasta que los medios occidentales investigaron su obra. Muy probablemente la Guerra Fría jugo un papel determinante en la entrega del máximo galardón universal.
Con gusto esperaría otros 20 años
El tercer galardonado es el científico británico Anthony Legget, quien es profesor de Física en la Universidad de Illinois. Sobre su reacción no se sabe nada todavía, pero con 65 años, es el más joven de los premiados este año, por lo que comentaristas de la radio sueca afirmaban irónicos que esperaría otros 20 años con gusto.
Los tres investigadores recibirán el máximo galardón internacional por sus contribuciones pioneras a la teoría de los superconductores y los superfluidos, según la argumentación de la Academia Sueca en Estocolmo. Vitali Ginzburg y Alexei Abrikosov son considerados artífices de la formulación teórica de esos fenómenos, mientras que su colega británico, Anthony Leggett, continuó el proceso de investigación hasta llegar al ordenamiento de los superfluidos durante la década de los 70.
Fenómenos de la física cuántica
La selección de la Academia Sueca, ha centrado su atención en la teoría y aplicación de los superconductores formulada inicialmente por tres físicos estadounidenses, Leon Cooper, John Schrieffer y John Bardeen, ganadores del Nobel en 1972. La argumentación de la Academia de Estocolmo destaca el papel decisivo de los tres investigadores para explicar dos fenómenos de la física cuántica: la superconductividad y la superfluidez.
El conocimiento de los superconductores ha posibilitado el uso de estos materiales en exámenes médicos y también en el ámbito de la física, en lo tocante a la aceleración de partículas. La investigación de los líquidos superfluidos ha ayudado a una mejor comprensión del comportamiento de la materia en estados energéticos extremos. Lo que uno se pregunta es... ¿cuántos científicos se habrán quedado esperando el galardón en vano?