Dopaje en el trabajo
15 de febrero de 2009El café de las mañanas, la Coca-Cola durante la comida, un vaso de vino por la noche… Elementos de consumo diarios afectan al organismo, aportan una sensación de energía o ayudan a relajar la mente tras un día de trabajo estresante. Remedios “naturales” para el agotamiento que sufren muchos empleados.
Sin embargo, para una parte de los trabajadores alemanes ya no basta con estas inocentes sustancias. Presas del estrés y la tensión en un entorno laboral absorbente, se ven incitados a probar reconstituyentes más eficaces. Así es como surge el fenómeno del dopaje en el trabajo, un concepto relativamente nuevo en la sociedad alemana. Se define como la toma sistemática de sustancias exógenas para aumentar la eficiencia en la práctica de trabajos laborales: medicamentos, especialmente drogas estimulantes.
Cifras preocupantes
Deutschen Angestellten Krankenkasse (DAK) ha realizado una encuesta en una muestra representativa de 3.000 trabajadores entre las edades de 20 y 50 años para realizar su informe 2009 sobre las condiciones de los empleados. Según los resultados obtenidos, cuatro de cada diez trabajadores saben que los medicamentos contra los problemas de memoria y depresión a causa de la edad o enfermedad pueden ser efectivos también en personas sanas. Dos de cada diez opinan que los riesgos de tomar estas drogas, en perspectiva, son justificados. Un 18,5 % conocen al menos a una persona que ha tomado medicamentos estimulantes sin receta médica.
Un 5% confirma que han requerido la ayuda de los mencionados medicamentos al menos una vez. Esta cifra equivaldría aproximadamente a 2 millones de trabajadores en toda Alemania. Menos de la mitad de ellos (0,8 millones) toma estos medicamentos de forma regular, y los adquiere fuera de las farmacias. Entre estos últimos, cuatro de cada diez toma los medicamentos diariamente o varias veces a la semana.
“Actualmente, el dopaje en el trabajo no está muy extendido porque mucha gente teme los efectos secundarios”, explica el Profesor Dr. Herbert Rebscher, director del comité ejecutivo del DAK. “No obstante, el desarrollo de sustancias nuevas y más potentes para el aumento de la eficiencia mental y la distensión psicológica podría provocar un aumento del fenómeno.”
Justificaciones
La cifra más alarmante se encuentra, no obstante, en el nivel de aceptación de esta práctica. Cerca de 20% de los entrevistados aceptan los estimulantes para calmar el estrés y los conflictos en el lugar de trabajo. El análisis posterior a la encuesta ha llegado a la conclusión de que los trabajadores con alto potencial de estrés, sin una plaza de trabajo segura o con gran competencia consideran el dopaje en el trabajo más justificable que empleados que realizan sus labores bajo una menor presión.
“Con el fin de soportar mejor la presión de la competencia, las reuniones y los plazos límites, algunas personas recurren a efectivas pero peligrosas tabletas o drogas, bien para estimular sus sentidos o para relajarse”, afirma Rebscher. De este modo, los medicamentos se usan independientemente de su diagnosis original para mejorar la capacidad de concentración y deliberación en el trabajo. Una práctica que, a largo plazo, puede tener efectos negativos, según avisa el director del comité ejecutivo del DAK.
“La búsqueda de carrera empieza frecuentemente con la necesidad de prepararse física y mentalmente a tiempo para ello, y saber desconectar al final del día”, profesa Rechner. “Quien piensa que siempre debe ser perfecto y recae en las píldoras para fortalecerse, vive de forma peligrosa.”
El informe estudia, asimismo, métodos para prevenir esta tendencia, como estrategias para combatir el estrés, la práctica de deporte y llevar una vida equilibrada sin exigirse demasiado.