Doble cosecha: electricidad arriba, agricultura abajo
Los sistemas solares en el campo permiten una doble cosecha. Los módulos sobre pilotes generan electricidad, mientras que los cultivos crecen a la sombra. Esto permite ahorrar agua y hay aún más ventajas.
Cosechando electricidad y frutos rojos
Fabian Karthaus es uno de los primeros agricultores alemanes en cultivar frambuesas y arándanos bajo paneles fotovoltaicos y está muy satisfecho. Su planta tiene 0,4 hectáreas cerca de Paderborn y le gustaría ampliarla a diez. Así podría generar electricidad para unos 4.000 hogares y suministrar más frutos a los supermercados.
Paneles de vidrio en lugar de invernaderos de plástico
Hasta ahora, muchas frutas y hortalizas especialmente vulnerables se han cultivado en invernaderos de plástico. Pero estos solo duran unos años, cuestan dinero y producen muchos residuos plásticos. Cada vez más agricultores de los Países Bajos plantan bajo paneles de vidrio, como aquí en Babberich. Esto protege las cosechas, dura unos 30 años y aporta dinero adicional por la venta de electricidad.
China promueve la agrofotovoltaica
China está expandiendo masivamente la energía fotovoltaica y desde hace varios años también apuesta por la agrofotovoltaica. Esta planta de la provincia septentrional china de Hebei, tiene una superficie de más de 10 hectáreas en la que se cultivan cereales. Los módulos solares se fabrican en las cercanías. Esto crea puestos de trabajo y ayuda a luchar contra la pobreza.
Desiertos cultivables
Algunos de los mayores parques solares del mundo se encuentran en el desierto chino de Gobi, donde hay mucho espacio. En algunas plantas también se practica la agricultura a la sombra de los módulos. Esto frena la desertificación y permite que el suelo vuelva a ser cultivable. También podría funcionar en otras zonas desérticas del mundo.
Sombra contra la sequía
Este pequeño techo solar en un campo cerca de Santiago de Chile es uno de los primeros sistemas agrofotovoltaicos de América Latina. Los investigadores están utilizando brócoli y coliflor para probar cómo funciona mejor el sistema. La región es muy soleada, sufre una disminución de precipitaciones y un aumento de sequías. Las primeras experiencias en este campo son positivas.
Agua con energía solar
Esta agricultora de Ruanda se gana la vida con una bomba de agua solar móvil. Lleva su panel a los campos de otros agricultores y los riega a cambio de una pequeña tarifa. En toda África hay un gran potencial para los módulos solares en la agricultura.
Piscicultura con cosecha eléctrica
Esta novedosa combinación se encuentra en el este de China, a 150 km al sur de Shanghái. En este lago, los módulos solares flotan sobre pontones y debajo de ellos hay una piscifactoría. Los paneles se colocan de forma que los peces reciben suficiente luz y el lago no se caliente tanto. Asimismo, las 300 hectáreas cubren las necesidades eléctricas de 100.000 hogares.
Una alternativa vertical
Estos módulos montados verticalmente emplean la luz de ambos lados. En Alemania, estos paneles producen tanta electricidad como un sistema de tejado. Al mismo tiempo, las placas solares protegen del viento y dejan mucho espacio para las máquinas cosechadoras.
Más biodiversidad
El cultivo de maíz, trigo y caña de azúcar para biogás y biocombustible representa cerca del 4% de la superficie cultivable mundial. Generar la energía con placas solares sería más barato y solo se necesitaría una décima parte de la tierra cultivable usada actualmente. Además, los parques solares no requieren pesticidas. Esto aumenta la biodiversidad y refuerza la resiliencia de los ecosistemas.