Diversidad de ideas urbanas

A primera vista, son los Estados y las organizaciones internacionales quienes llevan la voz cantante en materia de política medioambiental. Sin embargo, la Cumbre Mundial del Clima de Copenhague ha aupado a un nuevo actor al escenario de la lucha contra el cambio climático: las ciudades. La capital danesa acogió una convención de alcaldes previa a la cumbre internacional, una circunstancia inédita hasta la fecha. Los líderes locales protagonizaron una puesta en escena llena de aplomo, a sabiendas de que gran parte del éxito de la lucha contra el calentamiento global depende de ellos. Las ciudades consumen el 80% de la energía y generan el 75% del global de emisiones de gases causantes del efecto invernadero. "Es por ello que las ciudades deben ejercer un papel pionero en la protección del medio ambiente. No sólo son los principales causantes del cambio climático, sino que también notarán sus efectos en mayor medida", explica Reinhold Achatz, director del Departamento de Investigación de la empresa alemana Siemens. Achatz investiga la política medioambiental de las ciudades.

Aunque las ciudades apenas constituyen el 3% de la superficie terrestre, albergan a la mitad de la población mundial. Según las estimaciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 2030 la población urbana del planeta se elevará a 5.000 millones de personas, el 60% del total. Consumo de energía elevado, gran volumen de tráfico, enorme demanda de agua: el aumento de la población causa numerosos problemas. Es por ello que desde 2006 existe el denominado "Large Cities Climate Leadership Group" (C40) –"Grupo de Liderazgo Climático de Grandes Ciudades"-, una unión de cuarenta grandes urbes. El objetivo es aprender de las experiencias del resto de ciudades y aumentar su capacidad de influencia en las negociaciones internacionales sobre el medio ambiente.

Copenhague, capital de la bicicleta

Las grandes ciudades se muestran activas en numerosos ámbitos, especialmente en materia de política de transportes. El liderazgo lo ostenta Copenhague, la "capital de la bicicleta", un medio de transporte que la ciudad danesa fomenta desde la década de los años 60 del siglo pasado. "El 37% de las personas que viajan de casa al trabajo en nuestra ciudad lo hacen en bicicleta. Queremos que toda la ciudad disponga de carriles-bici. Son pocas las calles que aún no cuentan con ellos", afirma Lasse Lindholm, portavoz de la administración municipal. Semáforos ecológicos, un extenso sistema de alquiler de bicicletas y amplias zonas de aparcamiento forman parte del concepto de promoción del uso de la bicicleta por parte de Copenhague. Otras grandes ciudades europeas, como París y Barcelona, han comenzado a seguir los pasos de la capital danesa. El fomento de la bicicleta forma parte también del concepto de movilidad en Estocolmo, Amsterdam, Viena y Oslo, ciudades que en Europa pasan por ser especialmente respetuosas con el medio ambiente.

Inventiva global

Ciudad de México comienza ahora a implementar su sistema de alquiler de bicicletas, junto con zonas peatonales, modernas líneas de autobús, nuevos carriles para el transporte público y una línea de metro. La gran metrópoli destinará mil millones de dólares anuales. La capital de Colombia, Bogotá, es un buen ejemplo del éxito que puede llegar a suponer el desarrollo del sistema de autobuses urbanos: la duración de los trayectos para las personas que se desplazan en transporte público a su trabajo se ha reducido en más de un 30% y las emisiones de CO2 retrocedieron en unas 300.000 toneladas anuales.

En Londres, las emisiones de dióxido de carbono han descendido en un 16% desde que en 2003 se introdujo el peaje para acceder a la "City". Los conductores deben abonar la tasa si quieren moverse por el centro de la ciudad. El tráfico también se contrajo en un 20%. El impuesto supone para las arcas de la ciudad cerca de 140 millones de euros. Parte de esa cantidad se invierte en el desarrollo del tráfico de cercanías. También Estocolmo introdujo un peaje similar en el año 2007. Al mismo tiempo, la capital sueca ha equipado su flota de autobuses con vehículos que circulan con motores híbridos, biogás o etanol. No es de extrañar que la Unión Europea designara a Estocolmo como "Capital Verde Europea" de 2010. En 2011, será la ciudad alemana de Hamburgo la que ostente ese título.

Hamburgo: Capital Verde Europea 2011

Uno de los motivos es el concepto de movilidad ecológica desarrollado por la ciudad alemana: la mayoría de ciudadanos de Hamburgo dispone de una parada de autobús o tren a no más de 300 metros de distancia de su domicilio. Ya hay en servicio dos autobuses impulsados con motores híbridos y ocho vehículos más se incorporarán a la flota. "Ahora extendemos de forma masiva el tráfico en bicicleta", explica Volker Duman, portavoz de la autoridad municipal de medio ambiente. "Además, el tren metropolitano funciona exclusivamente con electricidad ecológica y energía hidráulica", afirma Duman. La ciudad confía en alcanzar su ambiciosa meta medioambiental: reducir en un 80% las emisiones de CO2 en el horizonte de 2050. El primer paso ya es un hecho: las emisiones per cápita se redujeron en un 15% respecto a los niveles de 1990. "Un éxito significativo para una gran ciudad", en palabras de la Comisión Europea.

Autor: Torsten Schäfer
Redacción: Emili Vinagre