DITIB, la oficina exterior de Erdogan
30 de septiembre de 2018Habrá que felicitar a los responsables de DITIB: una planificación incorrecta, una comunicación deficiente, un caos organizativo. Querida DITIB, felicidades. Ya os habéis integrado por completo en Colonia.
Ahora en serio: podemos estar agradecidos a la dirección de la federación islámica más grande de Alemania. A toda mecha y con total claridad, con la inauguración de la mezquita central de Colonia este sábado (30.09.2018) han hecho evidente a qué juegan. DITIB, en su situación actual, es una oficina exterior del presidente de Turquía en Alemania.
Antes de esto, parecía lógico que Recep Tayyip Erdogan fuese quien (con ayuda de la política alemana y la sociedad civil) inaugurase la mezquita. A todo esto, los políticos alemanes tendrían que haberse pasado por allí, pero desde el principio no fueron más que accesorios para el protagonista, el presidente turco.
Los políticos alemanes deberían guardar silencio
Ya que desde el principio se les negó el derecho a hablar, este sábado tanto el presidente regional del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, como la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, se mantuvieron, como es lógico, al margen del evento.
El que ni siquiera fue invitado fue Jürgen Wirges, que gobierna con indiscutible compromiso en el distrito de Ehrenfeld, en el que se encuentra la mezquita. Otros partidarios desde hace años del proyecto de la mezquita, como el exalcalde Fritz Schramma, se mostraron decepcionados con el comportamiento de DITIB. Eso nos ayuda a completar la imagen: los señores de esta asociación no residen en Berlín, sino en Ankara.
Erdogan dentro y fuera ninguna celebración
De la ceremonia de inauguración para el público frente a la mezquita que se anunció, de forma un tanto arrogante, como un "ejemplo hermoso y vivo de la paz, la cooperación y la convivencia conjunta”, no hubo ni rastro. Lo que los responsables de DITIB organizaron fue tan chapucero que al ayuntamiento de Colonia no le quedó más remedio que cancelar el evento por razones de seguridad.
En lugar de una celebración abierta en el exterior, el evento consistió en llevar al invitado principal, el autócrata Erdogan, al recinto de la mezquita. No podría haberse pensado una metáfora mejor para la falta de transparencia de la asociación.
Es impresionante cómo DITIB, que ha sido un dócil beneficiario del dinero del contribuyente alemán, se ha marcado este gol en propia puerta. Precisamente en Colonia, una ciudad conocida por su diversidad y su tolerancia, los líderes de la asociación han dado muestras de un comportamiento incompetente, poco profesional y nada transparente, irritando hasta a sus últimos apoyos bienintencionados en la sociedad civil y la esfera política.
Aislamiento en lugar de integración
La lista de deslices de DITIB en el pasado reciente es larga. Hay imanes acusados de haber espiado a presuntos golpistas turcos. Hay niños vestidos con el uniforme militar turco representando en las mezquitas crudas obras de teatro. Y también hay peleas internas: la sección juvenil de DITIB dejó el año pasado el trabajo por la presión a la que estaban expuestas las tendencias liberales.
A quien no le bastase antes, tiene que tenerlo claro después de este fin de semana. La actual dirección de DITIB, responsable de sus 900 mezquitas y de sus 800.000 miembros, no es aliada de la integración en Alemania. Esta asociación, en su estado actual, con imanes pagados directamente por el Estado turco, es por el contrario un obstáculo institucionalizado y fomenta una sociedad paralela en nuestro país. La inauguración de la mezquita en Colonia fue la mejor manera de subrayar esta realidad. En alemán no hay traducción para eso.
Autor: Daniel Heinrich (EAL/FEW)
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