Diez años de tango entre Argentina y Alemania
4 de mayo de 2017El bandoneón -instrumento clave para el tango- nació originalmente en Alemania. La palabra "milonga” proviene de tribus africanas de Angola. Hay quienes dicen que la danza lleva algunos elementos de la polka de República Checa, la mazurca polaca y el flamenco. Y es que la música no es de ningún lado y es de todos a la vez. También por eso, con la gira que arrancó el 27 de abril, el "Ranas dúo porteño de tango” cumple diez años de visitas ininterrumpidas a Alemania.
Esta vez recorrerán Berlín, Bonn, Múnich, Dortmund y también pequeños pueblos del país hasta el 21 de mayo. La idea de "saltar el charco” y viajar a Europa surgió en el mismo icónico Café Tortoni de la capital Argentina en donde se conocieron. Quienes dan cuerpo a esta "orquesta de bolsillo” que nació en Buenos Aires en 2005 son Leandro Schnaider, de 40 años y a cargo del bandoneón, y Pablo Schiaffino, un pianista de 38. Viajan religiosamente hace una década, dos veces por año -en abril y en octubre- para dar sus conciertos en las pujantes milongas alemanas, suizas, austríacas e italianas.
-Deutsche Welle: ¿Cómo es el público tanguero alemán?
-Schnaider: Es muy agradecido, respetuoso. Sucede algo muy interesante en lo que tiene que ver con el baile. En primer lugar, se podría decir que las grandes ciudades como Frankfurt, Múnich o Berlín tienen un muy buen nivel. Pero también notamos que el público asume la danza como algo deportivo, incluso como un evento social. Lo ven como una oportunidad para tocar, aunque sea desde la distancia, al otro. El abrazo, por ejemplo, es mucho más abierto que en Argentina. Casi que no hay contacto, no hay un sentir de los cuerpos y supongo que esto tiene que ver con el modo en el que se comunican los alemanes. Son menos toquetones, más distantes. En nuestro país los hombres nos saludamos con un beso, y las primeras giras nos quitaban las caras y nos la pasamos dándole besos a los cuellos de la gente.
¿Con qué criterio eligen su repertorio para tocarle a un público europeo?
Schiaffino: Armamos un vínculo muy interesante, sobre todo con los bailarines. Nuestro estilo es muy rítmico y bailable. Pero también construimos puentes con músicos alemanes que están formados en el tango y nos piden arreglos. Generalmente nos apoyamos en los clásicos, pero también tenemos nuestras propias composiciones. La intención no es romper nada, sino simplemente expresar una idea que nos parece bella del tango. Y nada más.
En ese sentido, ¿se podría decir que hay un fenómeno "rupturista” en el tango argentino del siglo XXI?
Schnaider: Nosotros hoy nos sentimos parte de las nuevas generaciones porque tenemos un punto de vista nuevo, pero no pretendemos ser rupturistas. Creemos que es muy importante aprender y estudiar a los clásicos. Pero nuestro aporte llega desde los arreglos y desde la interpretación. Lo que mantiene vivo a nuestro dúo es justamente la virtud de tener un punto de vista personal, que no necesariamente tiene que representar un quiebre. Existe, es cierto, el tango electrónico, pero a nosotros no nos convoca tanto. Nuestra búsqueda no está por ahí. No la descartamos, la reconocemos como algo válido. Pero no es algo que nos conmueva.
Más información:
Bailando tango con Barack Obama
Berlín: tango sobre el tejado del Tempelhof
¿En qué estado se encuentra hoy el tango? Durante varias décadas en Argentina fue la "música de los viejos”, pero hace un tiempo se habla de una nueva generación que viene a renovar el estilo. ¿Cómo lo ven ustedes?
Schiaffino: Hubo una generación en el medio que se perdió. Antes los conocimientos se pasaban de una a otra. Se aprendía en las orquestas, donde había gente que sabía mucho y allí los tangueros hacían sus primeras incursiones. Para nosotros, los que tenemos entre 30 y 40, eso no existió. Entonces tuvimos que recurrir a las transcripciones, al poco material escrito que hay.
¿En Europa qué estilo es el más difundido? ¿Los clásicos como Aníbal Troilo, Edmundo Rivero y Roberto Goyeneche, el estilo de Astor Piazzolla o lo más nuevo que tiene que ver con tecno-tango?
Schiaffino: En Europa uno puede encontrar milongas con música tradicional y otras que no tanto. Se baila mucho tango electrónico e incluso es muy interesante cómo adaptan el baile tanguero a otras músicas, algo que en Argentina sería casi una herejía.
Y en cuanto a la música, ¿qué descubrimiento hicieron en sus 20 viajes a Europa?
Schiaffino: Hemos hecho muchos amigos. Entre ellos, ahora estamos trabajando para una cantante suiza, Martina Hug. Ella está haciendo un gran trabajo recopilando tangos europeos. Y en ese contexto estamos tocando tangos finlandeses, lo cual es interesantísimo porque allá hay una cultura tanguera muy especial. Nos pidió que reproduzcamos directamente esos tangos, lo cual nos cuesta porque es otro estilo, nos tenemos que sacar eso que los tangueros llamamos "la mugre”. Y el proyecto es aún más interesante porque, al mismo tiempo, con los otros tangos europeos la tarea es "argentinizarlos” un poco. Agregarles, justamente, esa sagrada mugre del swing tanguero.
Esa mugre, esa "suciedad” debe ser difícil de traducir, difícil de expresar.
Schnaider: Creo que podríamos decir que nosotros, los argentinos, convivimos con la imperfección y la contradicción. Es nuestra vida cotidiana y de ahí sale nuestro arte. Eso hace que tengamos una cadencia particular. El alemán es más ordenado y correcto en su vida y así es también como expresan su música. No es que algo sea mejor que otra cosa, es simplemente que suena diferente.
Algunas de las fechas del Dúo Ranas serán en Bonn el 5 de mayo, en Múnich el 10, en Bochum el 11, en Erlangen el 14 y en Dortmund el 21. En esta primera gira de 2017 también recorrerán Italia y Suiza.