Devuelven fragmentos de Pompeya robados por "maldición"
12 de enero de 2024Una mujer recientemente devolvió varios fragmentos de roca sustraídos de la antigua ciudad romana de Pompeya, destruida en el 79 d.C. por la erupción del volcán Vesubio. Junto con los fragmentos, envió una carta anónima explicando que padecía de "cáncer de mama" y que no estaba al tanto de la supuesta 'maldición' asociada con llevarse restos del lugar.
Gabriel Zuchtriege, director del parque arqueológico de Pompeya, respondió a través de la red social X, agradeciendo la devolución y deseando suerte a la remitente anónima. Publicó una foto de la carta y los fragmentos con el mensaje "ahora buena suerte para su futuro e 'in bocca al lupo'".
El contenido de la carta
En su carta, la mujer, que escribió en inglés, expresó: "No sabía nada de la maldición. No sabía que no debería haber tomado las piedras. Al cabo de un año me notificaron un cáncer de pecho. Soy una mujer sana, los médicos dicen que es simplemente 'mala suerte'. Por favor acepte mis disculpas y estas piezas. Lo siento".
Este incidente no es el primero de su tipo. Visitantes previos del sitio arqueológico han devuelto objetos robados alegando haber sido perseguidos por una maldición. Los expertos lamentan la dificultad de reubicar estos objetos, ya que pierden su contexto histórico y arqueológico.
El fenómeno está documentado en el libro "La maldición de Pompeya. Superstición y arqueología. Historia de pequeños hurtos y arrepentimientos en todo el mundo", del periodista Antonio Cangiano. El autor describe cómo esta antigua superstición sigue vigente, sugiriendo que aquellos que se llevan 'recuerdos' no autorizados de Pompeya enfrentan mala suerte y sucesos desagradables, a menudo trágicos.
La superstición documentada
En 2020, un paquete procedente de Canadá llegó a una agencia inmobiliaria en Pompeya, conteniendo restos arqueológicos y un mensaje claro: "Quédense con ellos. Dan mala suerte". La remitente, Nicole de Canadá, admitió haber cometido un error al querer tener "un pedazo de historia". Desde su viaje, enfrentó el cáncer de mama, creyendo que la maldición provenía de llevarse objetos de una "tierra de destrucción".
Los medios también recuerdan otro incidente, en el que una pareja canadiense pidió disculpas por robar fragmentos en 2005 durante un viaje a Pompeya. En su carta, expresaron su pesar por no considerar "el dolor y el sufrimiento que estas pobres almas habían sentido", rogando perdón y paz para las almas afectadas.
Aunque las conexiones entre las malas experiencias y los objetos robados seguramente sean coincidencias, estos relatos refuerzan el misticismo que rodea a esta histórica ciudad romana y su legado perdurable.
ies (EFE, La Razón)