Deutsche Bank y el oro venezolano
24 de abril de 2017El pasado viernes (21.4.2017), la Asamblea Nacional de Venezuela –de mayoría opositora– le envió una carta oficial a la directiva del Deutsche Bank para advertirle que su transacción en puertas con el presidente Nicolás Maduro –que controla al banco central del país caribeño y a todos los poderes públicos a excepción del Legislativo– es ilegal y éticamente reprobable. "Queremos comunicarle a la opinión pública, al Bundestag y al Gobierno de Alemania que si el banco sella ese trato estará financiando a una dictadura y a una élite política corrupta”, dijo el jefe del Parlamento venezolano, Julio Borges, en entrevista exclusiva con DW.
Borges hacía referencia al plan del Banco Central de Venezuela de recibir divisas del Deutsche Bank y entregarle a cambio –en calidad de préstamo y por un lapso determinado– oro proveniente de las reservas estatales. El diputado caraqueño, coordinador nacional del partido Primero Justicia, subrayó que ese pacto sería jurídicamente inválido porque no ha sido autorizado por la Asamblea Nacional, como lo demanda la Constitución, y moralmente reprensible porque apuntalaría a una autocracia que ya está en la mira del mundo por sus flagrantes violaciones de derechos humanos e infracciones contra el Estado de derecho.
En Venezuela, la alarma que Borges activó hizo ruido en las redes sociales. Al otro lado del Atlántico, el Deutsche Bank aún no reacciona: DW contactó a sus directores ejecutivos, John Cryan y Marcus Schenck, para saber si el canje de oro por dinero ya había comenzado o si la operación seguía en el aire, pero ninguno de los gerentes respondió a la solicitud de entrevista. Gerhard Schick, vocero de la fracción parlamentaria de Los Verdes en materia financiera, no cree que la alerta de Borges levante olas en Alemania: "No hay reproche legal alguno que el Instituto Federal para la Supervisión de Servicios Financieros (BaFin) pueda hacer en este caso”.
Un trueque con historial
En 2013, el BaFin inició una investigación para determinar si el Deutsche Bank había conspirado con otras entidades financieras para manipular los precios del oro. Un año más tarde, el más importante banco alemán anunció que abandonaba el comercio de metales preciosos físicos, pero que continuaría haciendo negocios con derivados financieros cuyo valor se basa en el precio del oro. Causa extrañeza que Borges quiera llamar la atención ahora hacia la permuta de oro por divisas acordada por el Banco Central de Venezuela y el Deutsche Bank porque, según la agencia de noticias Reuters, a ese convenio se le dio luz verde en diciembre de 2015.
Ese fue el mes en que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) perdió las elecciones legislativas y la hegemonía en la Asamblea Nacional. El oficialismo tomó medidas para restringir de antemano la capacidad de maniobra de la nueva mayoría opositora en el Parlamento, cuya primera sesión estaba pautada para el 5 de enero de 2016. Entre otras cosas, el Tribunal Supremo de Justicia –brazo judicial del Gobierno de Maduro– fue renovado arbitrariamente por los diputados salientes del PSUV cuando el período parlamentario 2011-2016 ya había culminado y la corte ya estaba de vacaciones.
¿Es posible que el trueque entre el Banco Central de Venezuela y el Deutsche Bank haya recibido el visto bueno en Caracas antes de que la oposición antichavista tuviera la potestad legislativa para vetarlo? Eso está por verse. De momento, con los interlocutores de DW, la discusión gira en torno al tipo de presión que el Bundestag o el Ejecutivo de Angela Merkel pueden ejercer sobre el cuartel general del Deutsche Bank en Fráncfort. "Lo más probable es que el Gobierno alemán no sepa nada sobre este asunto. Y aún si estuviera enterado, no podría hacer nada al respecto, legalmente”, comenta Antje Schneeweiss, del Instituto Südwind.
Mala compañía
"Donde sí veo posibilidades de ofrecer resistencia a esa permuta de oro por divisas es en el ámbito de la opinión pública alemana, con todo y que parece estarse negociando con papeles de valor y no con lingotes tangibles”, sostiene la experta en inversiones sustentables de Südwind, un think tank que promueve la justicia social y ecológica desde una perspectiva económica. "Todo apunta a que el Deutsche Bank se está esforzando mucho en superar sus problemas de imagen. En lo que concierne a su reputación, esa organización es muy vulnerable”, agrega Schneeweiss, sugiriendo que lo último que querría es verse asociado con un Estado paria.
Schick, el especialista en finanzas de Los Verdes, coincide con Schneeweiss: "La manipulación de los precios del oro en la que estaban involucrados el Deutsche Bank y otros institutos financieros fue investigada y castigada con multas por las agencias supervisoras de servicios financieros en Estados Unidos y Gran Bretaña. ¡Eso sí es ilegal! 'Swaps' de oro como el del Deutsche Bank y el Banco Central de Venezuela no lo son; todos los días se realizan canjes de papeles de valores por las razones más diversas. No obstante, el banco se ha puesto en una situación problemática, yo diría que hasta peligrosa, porque la transacción con Caracas luce turbia”, señala Schick.
"En términos políticos, yo sí veo la necesidad de tomar posición de cara a este caso. Es improbable que el Gobierno alemán se pronuncie al respecto; él se mantiene al margen de este tipo de polémicas. Pero yo le recomendaría al Deutsche Bank que se deslinde de esta negociación”, enfatiza Schick. Federico Foders, presidente del comité asesor del Consejo Económico Mundial (IWS) en materia de ciencia y mercados globales, entiende el interés que el Gobierno de Maduro puede tener en empeñar sus reservas estatales de oro lo antes posible: "El precio de ese metal estuvo cayendo hasta el bombardeo estadounidense en Siria (7.4.2017). Ahora Venezuela puede sacarle mayor provecho a su oro”, explica Foders. Es el Deutsche Bank el que enfrenta los mayores riesgos: "El peligro más grande es que Venezuela no pueda devolver el dinero que recibió”, dice el experto del IWS, con sede en Berlín.