Detienen a otro militante neonazi en Turingia
29 de noviembre de 2011Unidades especiales de la policía alemana detuvieron a un cuarto sospechoso de colaboración con la célula neonazi a la que se atribuyen diez asesinatos, varios robos y al menos un atentado, informó hoy la Fiscalía General en Karlsruhe.
Se trata de un hombre de 36 años que fue arrestado en la ciudad de Jena, ubicada en el estado germano-oriental de Turingia, donde se fundó el grupo terrorista "Movimiento clandestino nacionalsocialista", destapado este mes.
Según se informó hoy, las autoridades alemanas registraron hace ya una semana la vivienda del sospechoso, Ralf Wohlleben, quien hasta entonces había negado cualquier tipo de colaboración con el grupo de ultraderecha considerado autor de los asesinatos de ocho turcos, un griego y una mujer policía entre 2000 y 2007.
El detenido, que será interrogado hoy mismo por la Fiscalía de Karlsruhe, fue dirigente durante años del Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD), que la canciller Angela Merkel y otras formaciones políticas quieren ilegalizar. Entró en el partido neonazi en 1999, sólo un año después de que el trío desapareciera hasta este mes.
Según portavoces de la Fiscalía, es "altamente sospechoso" de haber cooperado con los terroristas. Concretamente, se le acusa de complicidad en seis asesinatos y de intento de homicidio.
Al parecer, entre 2001 y 2002 proporcionó al menos un arma y munición al trío de Zwickau. Además, les puso en contacto con el colaborador Holger G., recientemente detenido.
La Fiscalía alemana cree que Wohlleben era desde 1995 uno de los radicales más activos de la extrema derecha en Turingia. Y que desde principios de esa década, mantuvo contacto directo con el trío neonazi.
La Oficina de Protección de la Constitución de Turingia, un órgano dependiente del Ministerio del Interior que hace las funciones de servicio secreto, le seguía la pista desde hacía tiempo.
La trama se destapó a principios de mes cuando los neonazis Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt aparecieron muertos en una caravana incendiada. Su compañera, Beate Zschäpe, voló por los aires poco después la casa que compartían los tres en Zwickau y se entregó a la policía.
En la caravana y en la vivienda aparecieron pruebas de los diez crímenes que seguían sin resolverse hasta ahora.
DPA
Editor: Enrique López