Las protestas contra una ley de desregulación económica terminaron con detenciones calificadas como arbitrarias por el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y organizaciones de derechos humanos. 33 personas, entre ellas vendedores callejeros y estudiantes, fueron detenidas, llevadas a cárceles comunes y acusadas de "terrorismo e intento de golpe de Estado".