¡La mejor medida contra el aborto es la emancipación!
7 de agosto de 2018Alice Schwarzer es, desde hace más de 40 años, una de las voces más importantes del feminismo en Alemania. Es, además, la fundadora y editora de la revista feminista Emma.
Pionera, locuaz y en ciertos casos también polémica, constituye, sin duda, una figura de referencia. Deutsche Welle dialogó con ella.
Deutsche Welle: ¿Qué opina sobre la discusión actual en Argentina y la próxima votación en el Parlamento en torno a la legalización del aborto en ese país?
Alice Schwarzer: Yo creo que su aprobación sería un progreso decisivo para la situación de las mujeres en Argentina, ya que una maternidad libremente decidida es el requisito para una vida autodeterminada, para la emancipación de las mujeres.
La desdicha que la prohibición del aborto ha traído y trae a millones de mujeres la conocemos tanto en Argentina como en Alemania.
Las mujeres que están embarazadas sin desearlo, abortan bajo cualquier circunstancia. Si el aborto es ilegal, lo hacen de manera humillante y ponen en riesgo sus vidas.
No en vano la lucha por el derecho al aborto en el mundo occidental, en los años 70, se convirtió en el desencadenante de los nuevos movimientos de mujeres.
¿Cómo actuar con quienes se oponen a la legalización del aborto, en algunos casos, mediante presiones y amenazas?
En un primer paso se debería intentar convencerlos. Que comprendan que no se trata de si una mujer que está embarazada sin desearlo abortará, sino de cómo lo hará: sin cargo de conciencia y con apoyo médico, o con cargo de conciencia y riesgo de muerte.
Y por cierto: desde la legalización del aborto en Alemania, la cantidad de abortos ha disminuído de manera drástica y continúa disminuyendo. Y esto tiene que ver con que las mujeres -en gran medida gracias, precisamente, a los movimientos de mujeres- son más independientes y más seguras de sí mismas que antes y están más informadas. Por eso quedan embarazadas de manera involuntaria con menos frecuencia que antes. ¡La mejor medida contra el aborto es la emancipación!
Con aquellos que no se dejen convencer por estos argumentos, no se puede hacer más. Tenemos que considerarlos nuestros opositores políticos y combatirlos.
A propósito, sobre el tratamiento del tema en Argentina, la escritora Margaret Atwood ha dicho: "Fuerce partos si usted quiere, Argentina, pero por lo menos llame a lo forzado por lo que es. Es esclavitud: es reivindicar poseer y controlar el cuerpo de otra persona" Y también: "Las mujeres que no pueden tomar la decisión sobre si tener o no bebés son esclavas, porque el Estado reclama como propiedad sus cuerpos y el derecho a dictar el uso al que deben someterse sus cuerpos."¿Qué opina sobre estas afirmaciones?
Atwood tiene, como tan a menudo, razón con cada una de sus palabras.
"Hoy estamos ante signos de retroceso en el país", puede leerse en el último número de la publicación que usted dirige, Emma, en relación al estado de cosas en Alemania. ¿Cuáles son esos signos y por qué cree que se dan?
La amenaza a los derechos que nosotras, las mujeres, hemos conseguido en los últimos 40 años viene, en primer lugar, de fundamentalistas religiosos. Da lo mismo si son cristianos o musulmanes: todos tienen, sobre todo, a las mujeres en la mira. A aquellas que ejercen una profesión se les crea un cargo de conciencia: deberían volver a ocuparse, ante todo, de los hijos y de los esposos. Y la imagen de los hombres va en dirección hacia un hombre fuerte, dominador, autoritario. A escala mundial, jefes de Estado como Trump o Erdogan son sinónimos de ello. Ambos deben su victoria electoral a los fundamentalistas, tanto cristianos como musulmanes. Este fundamentalismo es también, y quizás sobre todo, una reacción al feminismo.
¿Cómo evalúa el desarrollo del movimiento #MeToo (#YoTambién)? ¿Podría llegar a darse la situación de que un hecho que no constituye acoso sexual sea, sin embargo, catalogado como tal?
Todo lo bueno puede ser mal utilizado. Y, por supuesto, también puede haber falsas acusaciones. Pero estos raros casos no guardan proporción con la cantidad epidémica de casos reales de violencia y humillación sexual. El movimiento #MeToo rompe activamente un tabú de miles de años y alienta a las víctimas a hablar. Y esto es existencial. La violencia sexual es, sin dudas, junto con la prohibición del aborto, uno de los instrumentos centrales para amedrentar y sojuzgar a niñas y mujeres.
Autora: Maricel Drazer (ER)
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