Despedida en Nueva York
18 de julio de 2002Con este concierto de cumpleaños finaliza para la filarmónica neoyorquina y el mundo de la música clásica en la capital cultural estadounidense una era de once años determinada en gran medida por el maestro germano oriental, Kurt Masur. En septiembre de 1991 Masur llegó a suplir al saliente Zubin Metha, y logró conquistar al público y la crítica desde el primer concierto.
Pero el consentido del público se va con pesar, pues su despedida no es voluntaria. A pesar de su excelente reputación y popularidad ampliamente difundida dentro y fuera de su orquesta, Masur ha sido forzado a retirarse. Una minoría influyente dentro de la filarmónica decidió que era hora de que llegara un nuevo director. De ser posible estadounidense y de preferencia más joven. Se nombró a Lorin Maazel, quien abandona la Bayerisches Rundfunksorchester de Munich y asumirá la dirección de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Es estadounidense, pero con 72 años ciertamente no el jóven talento que se buscó sin éxito.
Aunque no del todo feliz, la despedida de Nueva York no representa para Masur de ninguna manera el fin de su carrera. En París le espera la Orquesta Nacional de Francia y además seguirá siendo dirigente en jefe de la Filarmónica de Londres.
Político involuntario
Las bases de su carrera internacional las levantó Masur en Leipzig en 1970, cuando a los 43 años retomó la dirección de la Orquesta de Leipzig. Masur nació en la ciudad polaca de Brieg en 1927 donde aprendió el oficio de electricista, para después a la edad de 15 años asistir a la Escuela de Música en Bratislava. Después de servir por corto tiempo al ejército, comenzó su carrera de dirigente. Fue su papel en las manifestaciones pacíficas de 1989, que desembocaron en la reunificación alemana, las que le valieron la atención internacional. El 9 de octubre de 1989 cerca de 70.000 manifestantes se enfrentaron a un régimen dispuesto a usar la violencia. Masur utilizó su fama y posición de director del Leipziger Gewandhaus Orchestra y sus buenos contactos al régimen de la desaparecida República Democrática Alemana para mediar logrando evitar que se registraran enfrentamientos violentos.
Recordando las ventajas de la RDA
Masur recuerda con gusto la época al frente de la Orquesta de Leipzig, y la desaparecida República Democrática Alemana (RDA) en la que se le se le dio mucha importancia a la música: " Teníamos cerca de 82 orquestas en la RDA, cada una de ellas recibía dinero del estado y tenía apoyo para comisionar la composición de dos obras. Se contaba con cerca de 170 presentaciones al año. En Nueva York traté de recaudar fondos para que la Filarmónica de Nueva York pudiera comisionar 4 obras pero jamás recibí apoyo. Así perdimos la posibilidad de dar a las nuevas generaciones de compositores una oportunidad. "
A pesar de que Masur abandona la Filarmónica de Nueva York contra su voluntad, no se va sin el gusto de haberse llevado el título de Director Honorífico de esta Filarmónica, honra que comparte solamente con Leonard Bernstein, el único otro dirigente que también ha sido premiado con este galardón.