Despedida en Ludwigshafen
10 de febrero de 2008Nueve ataúdes cubiertos cada uno con la bandera turca frente a los restos de un edificio consumido por las llamas. En los ataúdes los cuerpos de las cuatro mujeres y los cinco niños que murieron una semana antes asfixiados por el humo de las llamas que consumió lo que fue su hogar.
En la calle frente a la casa siniestrada cerca de 4.500 personas, la mayoría de ellas de origen turco, reunidos para despedirse de los difuntos que serán transportados el lunes a la ciudad de Gaziantep en el sureste de Anatolia, en donde serán sepultados.
¿Qué puede surgir de las cenizas?
Por parte del gobierno turco participó en la ceremonia el ministro encargado de ciudadanos turcos en el extranjero, Mustafa Said Yazicioglu, quien exhortó a usar el triste acontecimiento como base para un nuevo inicio de la amistad turco-germana.
También asistieron a la ceremonia la alcaldesa de Ludwigshafen, Eva Lohse, así como la encargada gubernamental de integración de minorías étnicas, Maria Böhmer, quien hizo hincapié en que hay que “emprender el camino hacia el futuro en comunidad”.
El Ministro del Interior de Renania Palatinado, Karl-Peter Bruch, aseguró a los presente que las autoridades harán todo para aclarar las causas del siniestro.
Los discursos fueron traducidos al turco. La ceremonia finalizó con una misa dirigida por un Imán.
En espera de informe oficial
Las palabras de aliento, lo mismo que donaciones por 70.000 euros para los sobrevivientes del incendio, -el 80 por ciento de los donativos hechos por ciudadanos alemanes, según el SüdWestRundfunk- no resta presión a la demanda de una aclaración a fondo de las causas del incendio.
El tiempo apremia. Hasta el momento no se descarta la posibilidad de un ataque racista. El día del incendio dos niñas de ocho y nueve años que vivían en el edificio dijeron haber visto entrar a un hombre con papel y cerillos, lo que fomentó las sospechas de un ataque racista. La tesis se vio reforzada por el hecho de que la casa había sido objeto ya de un ataque xenófobo con un cóctel molotov hace dos años y por el hecho de que en las cercanías viven neonazis.
Esto y los incendios de Mölln y Solingen en la década de los 90 que aún están muy vivos en el recuerdo de la comunidad turca, alimentan la sospecha de que el incendio de Ludwigshafen pudiera sumarse a esa triste serie de ataques xenófobos.
Los políticos tanto alemanes como turcos, han hecho un llamado a esperar las conclusiones de los peritos.
Se espera que para la semana entrante la policía encargada de las investigaciones presente un primer informe oficial. Según el semanario Der Spiegel se han registrado avances. El informe no confirmado sostiene que el fuego se habría iniciado en el sótano del edificio a causa de defectos en el anticuado sistema de electricidad.
La policía no ha querido hacer declaraciones al respecto y se ha limitado a indicar que el sistema eléctrico del edificio esta siendo investigado.