Desigualdad en América Latina: cambios pendientes
4 de febrero de 2015Desde diferentes disciplinas, como la economía, la política y la ecología, estudiosos de Alemania y América Latina intentan abordar las profundas desigualdades sociales que caracterizan históricamente a las sociedades latinoamericanas. La red internacional de investigación sobre desigualdades interdependientes, desiguALdades.net (www.desigualdades.net), es coordinada por el Instituto Latinoamericano de la Freie Universität Berlin y el Instituto Ibero-Americano de esta ciudad y recibe desde 2009 el apoyo financiero del Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania (BMBF).
Como explica una de las voceras de la red, la antropóloga Barbara Göbel, esta iniciativa busca enfatizar la multidimensionalidad de las desigualdades sociales: “Generalmente predomina en el análisis la dimensión económica, marcando las diferencias de clase. Nosotros también tenemos en cuenta diferencias étnicas y culturales. Latinoamérica sigue siendo una de las regiones más desiguales del mundo y estas desigualdades están también marcadas por la interdependencia con otras regiones”.
El cultivo de la soja en Argentina, la extracción de cobre en Chile o el desarrollo de la minería del litio en Bolivia no se entienden si no se tiene en cuenta la demanda por estos recursos naturales desde otras regiones. Los destinos tradicionales han sido Europa y Estados Unidos, pero en los últimos años se ha sumado Asia, en particular China.
La explotación y la exportación de materias primas y productos agropecuarios permitió incrementar los ingresos del Estado, lo que se ha traducido en muchos países en mejoras sociales y una reducción de la pobreza en las últimas décadas, “pero esto no ha sido por una reestructuración de la economía o por medidas de redistribución, como aumentar los impuestos, sino por transferencia del Estado hacia los sectores más pobres”, indica otra de las voceras de desiguALdades.net, la politóloga Marianne Braig.
Las desigualdades sociales, en tanto, se han mantenido o profundizado, consolidadas por un modelo económico que apuesta a la explotación y exportación de recursos naturales. La demanda global por materias primas y productos agropecuarios no repara en los costos y riesgos socioambientales presentes y futuros que estos puedan tener.
Barbara Göbel lo ejemplifica con la extracción del litio: “Este es un elemento clave para tecnología de baterías que permite integrar a la matriz energética un mayor porcentaje de energía renovable o la implementación de la movilidad eléctrica. El desarrollo de estilos de vida más sustentables en el Norte Global, con menos emisiones de CO2, produce “insustentabilidades” en el Sur Global. A pesar de los beneficios a corto plazo que pueda traer la comercialización del litio, su extracción genera impactos y costos a nivel local y para futuras generaciones”.
Desigualdad en cifras
El estudio de la CEPAL titulado “Panorama social de América Latina”, de 2012, registra una leve disminución en los índices de desigualdad distributiva, principalmente en Argentina, Bolivia, Nicaragua y Venezuela, pero los niveles generales siguen estando entre los más altos del mundo, y asociado a ello, se registran desconfianza y malestar ciudadano.
Según el estudio, “el promedio de 18 países de los que se cuenta con información relativamente reciente indica que el 10% más rico de la población recibe el 32% de los ingresos totales, mientras que el 40% más pobre recibe el 15%”. Niveles relativamente altos de concentración se observan en Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, Paraguay y República Dominicana, mientras que en Uruguay y Venezuela se da la menor concentración, ya que las proporciones son del orden del 20% al 23% en ambos extremos.
Discusión desde América Latina
En los países latinoamericanos, la academia también ha abierto espacios de análisis. Hasta los años 90 el tema central era la pobreza, pero ha habido un cambio de relato. “Con los procesos económicos y la aplicación de políticas públicas, empieza a bajar la tasa de pobreza”, indica la socióloga Emmanuelle Barozet, directora del Proyecto Desigualdades en Chile (www.desigualdades.cl), el cual mantiene vínculos y cooperación con la red alemana.
La especialista sostiene que en América Latina se dio una sobreposición de sistemas de por sí desiguales -el indígena y el traído por los conquistadores europeos-, y que estas condiciones heredades casi no han sido alteradas. “No hay que olvidar que si en Europa son más igualitarios es porque han tenido procesos que alteran profundamente las condiciones de desigualdad, como las guerras. Su sistema de protección social es fruto de las dos guerras”, indica.
Las revoluciones o el camino democrático, como el gobierno socialista de Salvador Allende en Chile, no han tenido éxitos significativos en disminuir la brecha entre los más ricos y los más pobres. Desde la investigación y las políticas públicas, sin embargo, se intenta proponer soluciones.
En busca de cambios
Los expertos coinciden en que se necesitan transformaciones estructurales. Uno de los caminos es la reforma tributaria, que Chile está intentando con una reciente ley. “Se trata de sacar una tajada de las riquezas que se acumulan en la parte más alta de la estructura social para redistribuirlas”, dice Emmanuelle Barozet. Los especialistas ejemplifican los efectos de esta medida: antes de pagar impuestos, las desigualdades en América Latina y Alemania son las mismas, pero después de pagarlos la situación es completamente distinta.
Otra transformación efectiva sería el cambio en los modelos de producción. A excepción de México, Brasil y Argentina -los más grandes-, en general todos los países son extractivistas y exportan materias primas poco refinadas, para lo que no necesitan mano de obra calificada y reciben un bajo ingreso, explica Emmanuelle Barozet. “Los países que han logrado dar un salto en la reducción de las desigualdades lo han hecho industrializando su sistema de producción o por lo menos metiéndose en nichos en que obtienen una mayor plusvalía por el camino de transformar la materia prima”, indica.
El gran dilema es que si bien todos reconocen la existencia de desigualdades y los movimientos sociales claman por cambios, no hay acuerdo en las soluciones. El cambio de los sistemas tributarios hacia modelos más solidarios no goza de gran popularidad. Por su parte, la transformación de los modelos de producción es una medida costosa y “a los países industrializados no les conviene que los del sur salgan de sus nichos de producción barata”, agrega Barozet.
A nivel académico, en tanto, la red alemana desiguAldades.net plantea espacios de cooperación entre investigadores alemanes, europeos y latinoamericanos en forma igualitaria. A través de coloquios, conferencias, publicaciones y reuniones internacionales sobre el tema, así como estadías, becas de doctorado y postdoctorado, se genera una comunidad de intercambio y colaboración mutua que está arrojando luces sobre los desafíos que enfrenta el continente latinoamericano.