Desfase electoral en Alemania

El dos de octubre, los ciudadanos de Dresde tienen una cita con las urnas. Hasta aquí todo normal, si no fuera porque el resto del país habrá votado dos semanas antes. Para rizar más el rizo, la fallecida Kerstin Lorenz, y desencadenante del desbarajuste, era candidata en las listas del ultraderechista Nationaldemokratische Partei Deutschland (NPD), Partido Nacionaldemocrático de Alemania, conocido por sus tendencias anticonstitucionales y su proximidad a las ideas nacionalsocialistas.

El valor de un voto en Dresde

En teoría, para no ejercer influencia sobre el voto, el derecho electoral prohíbe dar a conocer resultados, provisionales o definitivos, hasta que las oficinas electorales de la circunscripción en concreto, hayan cerrado sus puertas.

Sin embargo, cuando los ciudadanos de Dresde depositen su voto, sabrán si éste es decisivo o no. Si los resultados son tan estrechos como hace dos años, cuando los democratacristianos perdieron por unos miles de votos, la papeleta en Dresde valdrá doble, y comenzará en la histórica ciudad una segunda campaña electoral.

Si las elecciones se decantan claramente por algunas de las coaliciones posibles, ya que la mayoría absoluta de alguno de los partidos está descartada hasta por ellos mismos, más de uno en Dresde se pensará dos veces si le merece la pena pasarse el domingo por la oficina electoral.

"El derecho electoral alemán permite que un caso como éste, se retrasen las elecciones en un distrito. No es la primera vez que sucede. Ya en los años sesenta se dieron situaciones similares. También en Gran Bretaña se producen", dijo a DW-WORLD Richard Woyke, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Münster.

Votar sabiendo como única opción

Tras el fallecimiento de Lorenz, el NPD tiene, según estipula el derecho electoral en Alemania, hasta seis semanas de plazo para reemplazar a su candidata, periodo que ya ha sido recortado. Pero se necesita tiempo para poder imprimir las papeletas con las nuevas listas y cartas para aquellos que vayan a votar por correo, que tendrán que volver a votar, puesto que el plazo ya había comenzado.

Retrasar las elecciones generales en todo el país es una opción que quedó descartada prácticamente desde el principio. "No se pueden parar unas elecciones generales cada vez que se muera algún candidato", opina Woyke.

Los cristianodemócratas (CDU) y los liberales (FDP), han pedido que no se proceda al recuento de papeletas hasta que en Dresde no se haya votado, pero los juristas rechazan la opción. Ocultar durante dos semanas el nombre del nuevo, o la nueva, canciller no parece practicable. Las especulaciones no tendrían fin.

Pero, ¿hasta qué punto son compatibles con la Constitución unas elecciones, en las que el voto de 219.000 personas puede ser directamente influenciado? Según el politólogo Woyke, esto no plantea ningún problema: "los ciudadanos se ven constantemente influenciados por muchos factores. Y además, no todos se dejan influenciar en la misma dirección", comentó.