Egipto elige presidente
16 de junio de 2012Los jóvenes que protagonizaron la primavera árabe en Egipto se sienten engañados y en el país ha vuelto el temor por el surgimiento de una nueva dictadura. Todos saben bien que el candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohammed Cursi, busca la introducción de una ley islámica, mientras que Ahmed Shafik es un hombre cercano al antiguo régimen. Se tiene la certeza de que el futuro presidente disfrutará de amplias competencias, pero hasta dónde llegará su poder, eso nadie puede anticiparlo en Egipto.
Un año y medio ha transcurrido desde la caída de Hosni Mubarak y el país no cuenta aún con una constitución. Los poderes del Ejecutivo no están definidos aún. Ni siquiera se tiene certeza de si el futuro mandatario prestará juramento ante el Parlamento.
Llamado al boicot
Muchos egipcios expresaron en los últimos días su voluntad de no acudir a los comicios, por considerar que Shafik es un representante del régimen de Mubarak y negarse a que el país se convierta en un Estado islámico. Otros llamaron al boicot tras el anuncio del Tribunal Constitucioal el jueves de disolver el Parlamento, con lo que el legislativo quedó de facto en manos de los militares, lo que fue denunciado como un "golpe de Estado".
Hace unas semanas el Parlamento había acordado prohibir a altos funcionarios del antiguo régimen que se presentaran como candidatos presidenciales. En la contienda se encuentra ahora Shafik, quien fue primer ministro durante los últimos días del régimen de Mubarak. Eso da pie a muchos temores de que los militares se queden en el poder de ganar Shafik.
No importa quien resulte ganador, la mayoría de la población se muestra descontenta con el posible desenlace al grado de que los egipcios se refieren a los comicios como "elegir entre la peste y el cólera". Sobre todo los jóvenes que tomaron parte en las protestas que derrocaron a Mubarak se sienten defraudados.
Temor ante nuevos disturbios
“Me temo que podría haber disturbios nuevamente”, afirma Hamadi El Aouni, investigador de la Universidad Libre de Berlín. “Serán disturbios que no beneficiarán ni a los Hermanos Musulmanes ni a los militares”, advierte.
El respaldo a los Hermanos Musulmanes se desvanece. “Muchos egipcios se sienten defraudados por la organización que no han hecho gran cosa durante los últimos meses”, afirma por su parte Ivesa Lübben, investigadora del Centro de Estudios del Medio y Cercano Oriente de la Universidad de Marburg. Una economía estancada aunada a una creciente criminalidad han dañado las fuerzas revolucionarias. Si gana Schafik significaría un fortalecimiento de las fuerzas detrás del antiguo régimen.
El muftí de Egipto, Alí Gomaa, instó a sus compatriotas a aceptar los resultados de las elecciones presidenciales. Horas antes de la apertura de los locales, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a una votación pacífica. Antes de los comicios, los Hermanos Musulmanes amenazaron con una nueva revolución en el caso de que se produzca un fraude electoral.
Autora: Anne Alimeling/ EU/ DPA
Editora: Rosa Muñoz Lima