Desastre de Samsung: el Galaxy Note 7 se prende fuego
11 de octubre de 2016¿Un teléfono inteligente que se prende fuego espontáneamente? Nada positivo para la reputación de una marca. Para una empresa, noticias de este tipo son la “mayor catrástrofe posible”.
Por eso, el fabricante coreano hizo tabula rasa. Primero les ofreció a los clientes aparatos de recambio gratuitos. Pero algunos de estos también comenzaron a despedir llamas. El segundo paso era tan lógico como imperioso: Samsung suspendió las ventas del Galaxy Note 7 en todo el mundo.
El Galaxy Note 7 era la respuesta sudcoreana a los iPhones, de Apple. Estos están considerados los celulares inteligentes premium y son también un símbolo de estatus. Apple se subió ahora a la cresta de la ola: la cotización de las acciones de Samsung cayó, mientras que la de Apple subió, nuevamente, alcanzando el mayor valor desde diciembre de 2015.
Un vertiginoso ascenso
Pero también hay otros que se frotan las manos: los competidores chinos oferentes de celulares baratos, Lenovo, Xiaomi y Huawei, abrigan la no tan secreta esperanza de quitarle cuotas de mercado a Samsung. Además, los chinos ofrecen ya también teléfonos más ambiciosos técnicamente. Con estos aspiran a transformar la lucha entre los dos colosos en una batalla con más participantes.
En pocas décadas, Samsung se transformó de pequeño negocio de importación y exportación en el mayor grupo electrónico del mundo. Actualmente, el holding fabrica y vende barcos y rascacielos, televisores y teléfonos móviles, moda, medicamentos y mucho más. El holding abarca 80 empresas, con un total de casi 500.000 empleados y una facturación anual de más de 300.000 milones de dólares (2014), que supone el 20 por ciento del PIB de Corea del Sur.
Los desafíos son más profundos
El daño económico del desastre con el Galaxy Note 7 será limitado, por lo menos a mediano plazo. Los costos de detener la venta del smartphone pueden llegar a 17.000 millones de dólares, estiman expertos. Pero, en vista de una facturación de 160.000 millones solo en el sector de aparatos electrónicos y de 300.000 millones de todo el grupo, no van a hacer escorar a Samsung. No obstante, la pérdida de imagen a largo plazo es incalculable.
En Corea del Sur, la problemática en relación con el Galaxy 7 Note es naturalmente registrada. Pero las baterías defectuosas no suponen un problema básico para Samsung y menos para Corea del Sur como país industrializado.
Hay crisis que sacuden más duramente a la economía surcoreana. En el sector de los astilleros, por ejemplo, los encargos se han reducido en los últimos tiempos en un 90 por ciento. Esas cifras son ya más serias.
Autor: Dirk Kaufmann