Derechos humanos vs. fútbol
23 de marzo de 2006
DW-WORLD.DE: Señor Hauck, ¿de qué trata esta campaña exactamente?
Kuno Hauck: El tema de los derechos humanos está relacionado con todos los sectores de la vida pública y política, incluyendo también el deporte. Las siguientes preguntas surgieron hace más de 20 años, en el 78. ¿Podemos como nación alemana, mandar a nuestra división de fútbol a un país donde se tortura y se mata a seres humanos?
En ese entonces, Amnistía Internacional llevó a cabo la campaña "Fútbol sí, Tortura no". Resultó que durante y después del Mundial, la Federación Alemana del Deporte y diputados alemanes trataron el tema de los derechos humanos de manera, según consideramos nosotros, muy ingenua. Es decir pensaban que el fútbol y los derechos humanos no tenían nada que ver, querían que los deportistas se dedicaran al deporte, y que nosotros nos dedicáramos a los derechos humanos.
DW-WORLD.DE: ¿Es una visión superada o persiste hasta el día de hoy?
Kuno Hauck: Eso es exactamente lo que queremos saber. Tratamos de entablar contacto con la Federación Alemana del Fútbol. Recolectamos firmas para exigir que la Federación Alemana del Fútbol desarrolle un código de derechos humanos para eventos grandes de deporte y que se disculpe por lo que ocurrió en el pasado. Pero no quieren cooperar con nosotros. Rechazan nuestras campañas, lo que nos parece muy lamentable, pues se ve que no toman en serio la crítica del 78. Y hasta hoy opinan que el fútbol y los derechos humanos no tienen nada que ver.
DW-WORLD.DE: Si lo entiendo bien, usted aboga por que los equipos alemanes acudan al evento, pero que llamen la atención sobre la situación de los derechos humanos. ¿O quiere usted que se evite ir a esos países?
Kuno Hauck: Creo que hay que desarrollar un código concreto. Probablemente existan países a los que no habría que ir. Hay que poner condiciones, como por ejemplo no debe prohibirse la libertad de opinión en cuestión de derechos humanos y tiene que permitirse tener contacto con representantes de la oposición política.
Hay que cuestionarse lo que haremos en tres años cuando nuestro equipo olímpico se vaya a Pekín? Se sabe que en Pekín, en China, hay graves violaciones de los derechos humanos. ¿Hay que ignorarlo todo y hacer como si no hubiese ningún problema? Como sucedió en Argentina cuando los torturados en los sótanos podían oír los gritos de júbilo en los estadios, y aceptar declaraciones como las de Neuberger, que dijo: "Gracias a la dictadura militar se pudo realizar el Mundial; sin la dictadura nunca hubiese habido este orden fenomenal".
Ésta es la interrogante principal. No decimos que no vayan, sino que pedimos que verifiquen en qué condiciones se van y qué condiciones serían inaceptables.
DW-WORLD.DE: ¿Qué pasa con los equipos que llegan a Alemania? ¿Se les debería retirar la invitación si en su país se violan los derechos humanos, o cómo habría que actuar?
Kuno Hauck: Me parece adecuado empezar con un ejemplo. Durante la Copa de Confederaciones hace algunas semanas, cuando la división argentina jugó en Núremberg, queríamos entrar al estadio y mostrar unos afiches que decían "¿Dónde están?" y que mostraban fotos de los desaparecidos. No querríamos criticar al equipo argentino, sólo queríamos señalar una herida que todavía está abierta en Argentina.
La FIFA reaccionó con represión masiva. Ya antes del partido nos prohibieron entrar al estadio con afiches; nos registraron varias veces. Sin embargo logramos introducir los afiches por medio de otras personas que tenían entradas, y mostramos los afiches que decían "Verdad, Justicia", pero nos los quitaron. Se ve como son las cosas y el estado de excepción que rige en los estadios.
Para contestar a su pregunta de manera más concreta: claro que los equipos deben llegar a jugar, pero la FIFA no debería prohibir que grupos de la oposición lleven afiches, mostrando fotos de desaparecidos o relacionados con el tema de los derechos humanos. Que estos esfuerzos se combatan incluso de manera violenta es inaceptable. Queremos que los equipos jueguen, pero que se vean confrontados con estos problemas. Una cuestión de actualidad es la del equipo de Irán que jugará en Núremberg. ¿Cómo actuamos frente al problema del Irán? ¿Lo invitamos? ¿Lo boicoteamos? ¡No! Hay que dejarlos llegar, pero también hablar sobre el problema de la violación de derechos humanos y los demás asuntos que se refieren al Irán.
DW-WORLD.DE: ¿Cómo reaccionaron los deportista entonces y cómo reaccionan hoy frente a esta exigencia?
Kuno Hauck: Antes había muy pocos deportistas que expresaron críticas, como por ejemplo Paul Breitner, quien al final no fue escogido para formar parte de la división que viajó a Argentina. Había algunos, no me acuerdo ahora de sus nombres, pero hicimos una exposición donde documentamos exactamente las declaraciones que hizo cada uno de los futbolistas; bueno, había algunas declaraciones como la de Berti Voigts, quien dijo: "¿Por qué nos preguntan por Argentina, por qué no nos preguntan por Rusia?". Es decir, replicaron diciendo "ustedes no nos pueden prohibir nada, si en otros lugares también se violan los derechos humanos". Entre los deportistas había quienes decían "a mí no me molesta lo que pasa en Argentina, yo quiero jugar fútbol". En general nos dimos cuenta de que hasta el día de hoy los jugadores tienen muy poca conciencia política. Tratan de separar estrictamente el deporte y la política. Pero nosotros pensamos que es un error, que es muy ingenuo pensar que cuando un equipo nacional se presenta en otro país no haya ninguna conexión entre este equipo nacional y la política del país.