Derecho a la vida ¿también a la muerte?
7 de noviembre de 2005
La eutanasia ha alcanzado a lo largo de los años una adhesión y rechazo tal, que en muchos países se han creado organizaciones, instituciones o grupos a favor o en contra de la misma. ¿Por qué se recurre a la muerte cuando uno podría seguir viviendo? ¿Por qué se delibera dejar morir a una persona que nunca, quizás, hubiese querido que la asistan en la eutanasia?
Sin ir más lejos se recuerda el caso de Terry Schiavo, quien murió el 31 de marzo del corriente año al habérsele retirado la sonda que la mantenía viva, luego de trece días. El caso Schiavo lanzó el debate mundial entre moral, derecho a la propia muerte o el derecho de un tercero sobre la vida de un individuo, sea familiar o el propio Estado.
Hay dos tipos de eutanasia, la activa y la pasiva. Activa es aquella donde, por ejemplo, el médico le coloca una fuerte dosis de morfina al paciente para provocar el deceso inmediatamente, mientras que la pasiva es cuando se deja morir al paciente en forma natural desconectando la sonda respiratoria o de alimentos.
Ayuda al suicidio
Una encuesta realizada por la revista Stern revela que el 78% de los alemanes apoyan la eutanasia activa. Mientras unos ven el caso como ayuda al suicidio, que de por sí, crea un conflicto moral, otros lo ven como algo puramente entendible ya que no encuentran motivo por el cual deban estar padeciendo en vida una enfermedad que es terminal o no tiene cura. Según el médico y teólogo Manfered Lütz, el resultado de esta encuesta se debe al miedo de estar dependiendo permanentemente de un tubo para seguir con vida.
La opinión de los políticos en Alemania
Una cuestión que pasa a ser sociopolítica es la opinión de Katrin Göring-Eckardt, del partido de Los Verdes, vicepresidenta de la cámara de Diputados en Alemania, al referirse que ella se opone categóricamente a la eutanasia activa, saliendo de esta forma a colocarse del otro lado de las declaraciones del senador cristianodemócrata de Hamburgo Roger Kusch, quien se mostró a favor de la legalización de la Eutanasia activa.
Göring-Eckardt dice en Stern que semejante cosa "aumentaría la presión en pacientes terminales en optar por la eutanasia" ya que muchos ancianos creen ser una carga para sus familias y el sistema de salud, los poniéndolos más contra la espada y la pared y cercanos a tal decisión. Agrega "No deberíamos dejar llegar las cosas tan lejos".
¿Eutanasia en España?
En España se aprobó una ley de autonomía del paciente donde se regula el "testamento vital", dando así por sentado, que llegado el caso el paciente aprueba la eutanasia como forma de acabar con su enfermedad. Se recuerda que hasta 1995, el sólo hecho de ayudar a morir a alguien, como dicen algunos "el ayudar a suicidarse", era considerado como homicidio.
En un informe de El Mundo de España dice que hasta finales del 2004 el concepto más próximo a la eutanasia se recogía del artículo 143 del Código Penal donde se le dan de dos a cinco años de cárcel a la persona que colabore o asista al suicidio de otra, pero la pena podría ser reducida en el caso que dicha asistencia se realice por "petición expresa, libre e inequívoca".
A nivel latinoamericano es Colombia donde en la constitución cabe la posibilidad de la eutanasia como un derecho, cosa que provoca más debates también al nivel hispanohablante en la cuestión de "deber o derecho" y en la pregunta de "morir o no morir".